La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo cumple una importante función social no solo en el terreno de la educación media superior y superior en la entidad michoacana y como una institución pública de carácter descentralizado y autónoma del estado, los gobiernos estatal y federal por mandato constitucional están obligados a otorgarle el presupuesto necesario y suficiente para sus funciones adjetivas y sustantivas como lo marca su Ley Orgánica.
La propia universidad tiene un impacto económico y financiero sobre la economía local particularmente en Morelia, su derrama económica según varios estudios es de 6 mil millones de pesos anuales de manera directa y otros 2 mil millones de manera indirecta; la actividad universitaria es la más importante no solo en el plano científico, cultural sino también social.
El artículo 123 constitucional y la Ley Federal del Trabajo establecen el apartado “A” que se pueden celebrar relaciones laborales entre las universidades públicas y sus trabajadores académicos y administrativos, así como la firma de contratos colectivos de trabajo, donde se establecen las condiciones de trabajo, contratación y remuneraciones salariales y prestaciones.
Año con año, se revisa los contratos colectivos de trabajo, donde los sindicatos universitarios demandan un pliego petitorio y la autoridad tienen la facultad de dar respuesta al mismo de acuerdo a su capacidad financiera y es así como se llega a un acuerdo bilateral.
Por lo tanto, los trabajadores universitarios a lo largo de muchas décadas legítimamente y mediante su lucha sindical han acumulado conquistas, pero no privilegios como se afirma, es mas en los últimos años los sindicatos nicolaitas no han logrado modificar sustancialmente sus contratos colectivos de trabajo, únicamente han logrado los incrementos salariales y en sus prestaciones que fija la política económica del gobierno federal.
En cuanto al financiamiento para la investigación científica, el mantenimiento de la infraestructura y la difusión de la cultura el presupuesto han venido a la baja por la política de austeridad de los últimos años, esto significa importantes recortes presupuestarios a las universidades públicas y particularmente a la nicolaita.
La crisis financiera de la Universidad Michoacana es producto de los recortes presupuestarios tanto por el gobierno federal como estatal y se puede comprobar en la cuenta pública de los últimos tres años.
Por lo tanto el déficit presupuestal de mil millones de pesos que tiene la universidad es explicable por la política de la disminución a su presupuesto, ni siquiera por la demanda de más presupuesto en relación al que tenía hace tres años.
La demanda por recursos financieros extraordinarios tanto al gobierno estatal como federal es simplemente devolverle a la universidad su presupuesto original.
El gobierno de Silvano Aureoles se equivoca a través del secretario de Finanzas, Carlos Maldonado al afirmar que el señor Rector miente; el rector tiene la capacidad de defenderse lo que no se va hacer en este espacio, pero lo que dice es que no se ha entregado el presupuesto suficiente para cubrir los compromisos financieros de los últimos meses del año tan solo eso.
Por otra parte, algunos periodistas afirman que los sindicatos universitarios son “ mafiosos “ y chantajean al gobierno de Silvano Aureoles, esto es una imprecisión, porque confunden la cabeza con todo el cuerpo, el que escribe no mete las manos al fuego por las dirigencias sindicales nicolaitas es decir Eduardo Tena y Gaudencio Anaya, ellos están obligados a rendirles cuentas a sus agremiados, pero los sindicatos universitarios son las coaliciones de los trabajadores académicos y administrativos para defender sus derechos laborales, es decir lo pactado con la autoridad universitaria, ni menos, ni mas, por lo tanto el conjunto de los trabajadores universitarios no somos ni corruptos, ni mafiosos, y si no cumplimos con las obligaciones laborales la autoridad universitaria está facultada y obligada a aplicar las sanciones correspondientes de acuerdo a los contratos colectivos de trabajo.
Tampoco es cierto que los trabajadores universitarios no aportan nada para las pensiones y jubilaciones lo que es falso, cotizamos para el Seguro Social, pero no somos responsables de que en la Ley Orgánica de la Universidad y los contratos colectivos se establezca la jubilación a los 25 años, pero esto en última instancia es fácil de resolver que se reforme la ley y los contratos colectivos de trabajo, pero que el gobierno de Silvano Aureoles asuma los costos políticos por este hecho.
Otro punto, es que los trabajadores universitarios nicolaitas, no pagamos los impuestos como son, cosa falsa, ya que cada año la universidad entrega a cada trabajador su constancia de retención de impuestos para la declaración fiscal anual.
También es falso que los trabajadores universitarios nicolaitas tengamos un aguinaldo de 90 días, por favor señores periodistas consulten los contratos colectivos de trabajo que son públicos y que están en la red.
Por lo tanto los trabajadores universitarios nicolaitas no somos mafiosos ni depredadores como se afirman, únicamente percibimos la remuneración salarial que nos corresponde de acuerdo a nuestra categoría y en función de nuestro trabajo, lo demás es pura calumnia.