La comunidad universitaria de más de 60 mil integrantes entre estudiantes, profesores y trabajadores, de manera directa o indirecta participan con algún partido político, ejerciendo un derecho político y democrático como ciudadanos.
Sin embargo los partidos políticos deben de respetar la autonomía universitaria y su vida interna así como el derecho de nombrar a las autoridades universitarias mediante métodos democráticos- lo que aun no sucede en el caso del nombramiento del rector sin la intervención directa del gobernador en turno como es ya tradicional.
La anterior reflexión es a propósito de la petición del dirigente de Morena en Michoacán Roberto Pantoja Azola para que el Tribunal Universitario revoque el dictamen de la expulsión de los estudiantes expulsados por la toma de la universidad en 2016 por el Movimiento de Aspirantes y Rechazados. La sanción es condenada por amplios sectores de la comunidad universitaria, mas aun cuando por métodos violentos se rompió la toma como se puede comprobar y documentar, utilizando instrumentos del patrimonio universitario y dañando las instalaciones de la universidad para poder recuperar las instalaciones; sin embargo este hecho no fue sometido a investigación por parte del Tribunal Universitario.
Es saludable que todas las corrientes de expresión existentes en la universidad se manifiesten públicamente al interior de ella incluyendo a los integrantes de los diferentes partidos políticos que son miembros de la comunidad universitaria, pero lo no admisible es que algún partido o un grupo político quieran someter a sus intereses la vida académica y política de la universidad como sea hecho hasta ahora.
Para nadie es desconocido que el rector en turno es el hombre de confianza del gobernador, pero cuando se nombro a Medardo Serna González eso no fue así, entonces los diferentes grupos políticos se pusieron de acuerdo para imponerlo a espaldas de la comunidad universitaria.
En los pasillos universitarios ya se habla de la sucesión de Medardo Serna, y los grupos de Morena se encuentran trabajando para imponer a un candidato o candidata a fin a este partido político cosa condenable porque pretenden utilizar métodos antidemocráticos como lo han hecho los grupos ligados al PRI y al PRD en la universidad nicolaita.
En estos momentos de la crisis financiera por la que atraviesa la universidad, ya se empezó a calentar el ambiente y la baraja de aspirantes empieza a circular, un método equivocado y que agrava la situación de la universidad.
Las ambiciones de los grupos políticos para imponer al nuevo rector son muy grandes comenzando por los morenistas y su dirigente estatal Roberto Pantoja quien tiene que sacar las manos de la universidad junto con otros personajes de la política michoacana.
Ante todo se impone la necesidad de la Reforma Integral de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; nadie niega el legítimo derecho de los profesores nicolaitas a aspirar a la Rectoría en las próximas semanas, pero es necesario que se convoque a reuniones amplias en cada una de las dependencias universitarias para discutir y elaborar un plan de trabajo para sacar en primer lugar de la crisis a la máxima Casa de Estudios de Michoacán, incluido su financiamiento para los próximos años.
Después de este proceso entonces que levante la mano los que aspiren a la rectoría, no antes, y por su parte la Comisión de Rectoría deberá acatar la decisión que tome el conjunto de la comunidad universitaria nicolaita, debe de ser sensible y consciente de que por última ocasión debe de asumir un papel de respeto a la comunidad universitaria y no imponerle a sus espaldas un rector mediante pactos inconfesables para que un grupo político de manera antidemocrática siga controlando la vida universitaria en medio de la opacidad y profundizando la crisis financiera.
Es por ello, que nadie se debe de sorprender de que Morena y los demás partidos políticos se puedan pronunciar sobre la vida universitaria, y sobretodo demanden transparencia del manejo de los recursos públicos del presupuesto universitario, pero se deben de mantener al margen de la vida universitaria respetando la autonomía.
Pero ante todo le corresponde a la comunidad nicolaita decidir la elección del próximo rector o rectora bajo un plan de trabajo producto de la discusión y participación democrática para que de esta manera por primera vez se evite la imposición del rector por parte de la Comisión de Rectoría que no representa los verdaderos intereses de los nicolaitas.
