Este primero de mayo se conmemora un año más de los acontecimientos de los mártires de Chicago, cuyos dirigentes fueron sentenciados a muerte y otros fallecieron en manos de la policía por demandar la jornada laboral de ocho horas. Este suceso se convirtió en símbolo de lucha para los trabajadores y en especial para la clase obrera de todo el mundo.
En esta fecha miles de millones de trabajadores no solo salen a conmemorar, sino también a demandar mejores condiciones de trabajo y de vida, en ese tiempo el capital global, los gobiernos de todas las tendencias políticas- izquierdas y derechas- en complicidad con las burocracias sindicales corruptas que son agentes directos del capital dentro de los sindicatos y el movimiento obrero, lanzan una feroz ofensiva en contra de los trabajadores para desmantelar las conquistas laborales y sociales hasta hoy alcanzadas.
Las transformaciones de los procesos productivos, la incorporación de nuevas tecnologías para aumentar la productividad de trabajo repercuten directamente contra los trabajadores que una buena parte son expulsados del proceso de producción y condenados al desempleo, el hambre y la miseria.
El capitalismo global a medida que aumenta la concentración de la riqueza en un puñado de magnantes que representan el uno por ciento de la población mundial, mientras que el 99 por ciento no posee riqueza alguna, además de que para este grupo no le basta con explotar a millones de seres humanos sino también está acabando con los recursos naturales que repercuten directamente en el cambio climático de la tierra cambiando radicalmente la temperatura de la misma.
Para el capital global lo importante no es la conservación y la reproducción de la vida en particular la humana sino la ganancia, a cambio de la destrucción de la naturaleza y la explotación de miles de millones de trabajadores en todo el mundo.
Se argumenta por parte de los dueños del capital global que las organizaciones sindicales y en particular los trabajadores sean llenado de privilegios que hay que combatir por parte de los gobiernos y esto significa aniquilar las conquistas salariales, las prestaciones y las laborales destruyendo los contratos colectivos de trabajo con la complicidad de los gobiernos y las burocracias sindicales, falsas representaciones de los trabajadores en los sindicatos donde no existe democracia, es por ello que otra demanda del movimiento obrero y sindical es la democracia en las organizaciones gremiales para defender en mejores condiciones las conquistas alcanzadas y convertir a los sindicatos en verdaderos instrumentos de lucha y defensa de los intereses de la clase trabajadora.
Las trasformaciones de los procesos productivos y la cuarta revolución industrial mediante la incorporación de la robótica, sustituye a la fuerza laboral viva de los mismos, permite aumentar considerablemente la productividad del trabajo y con ello disminuir los salarios reales de los trabajadores, además como ya se dijo expulsa a miles de la vida productiva condenándolos al desempleo estructural, además esto no permite que las nuevas generaciones de personas en la edad de trabajar se incorporen al mercado de trabajo dando lugar al aumento del empleo informar de la economía.
Otro factor a considerar en la situación de la clase trabajadora es la baja sindicalización que la pone en un estado de indefensión.
De esta manera, las reformas laborales estructurales y la destrucción de los regímenes de las pensiones y jubilaciones de los trabajadores en la edad de cesantía los condena a vivir en la pobreza y cargar con altos costos por las enfermedades adquiridas durante la vida laboral donde la fuerza de trabajo sufre desgastes irreparables, así los trabajadores en edad mayor, pensionados y jubilados viven sus últimos años en un infierno, mientras que los fondos de pensiones para el retiro son sometidos a la especulación por las administradoras en manos del capital financiero internacional.
Como se puede apreciar las demandas de la clase trabajadora de todos los países enfrentan nuevos retos ante las transformaciones del capitalismo global, la defensa de los ya ganado y las nuevas transformaciones productivas que significan una mayor explotación, salarios miserables, el desmantelamiento de la seguridad social, miserables pensiones y jubilaciones y ante todo la ofensiva de los magnantes del capital en complicidad de las burocracias sindicales corruptas y los gobiernos tanto de izquierda como de derecha.
Estas son las nuevas realidades y demandas de la clase trabajadora internacional al conmemorarse el primero de mayo a través de nuevas jornadas de lucha y de protesta en todo el mundo.