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martes, noviembre 26, 2024

POR UNA AGENDA PARA EL DESARROLLO DE MICHOACÁN

J MA. CARDONA

A partir del 1 de julio del año pasado la realidad económica, política y social en apariencia cambió con la llegada al poder de López Obrador a la presidencia y que su partido Morena obtuvo la mayoría en el Congreso de la Unión.

En Michoacán, los problemas económicos y sociales, después de tres gobiernos perredistas y una administración priista incluyendo los interinatos de Jesús Reyna y Salvador Jara, además del envió de Alfredo Castillo por decreto presidencial, los problemas estructurales de Michoacán siguen prevaleciendo.

En el ámbito económico la entidad michoacana ocupa los últimos lugares en la actividad económica y productiva, el desempleo es alto que se traduce en el aumento de la informalidad, más del 50 por ciento de la Población Económicamente Activa se encuentra realizando actividades informales; como se sabe aproximadamente 3 millones y medio de michoacanos son migrantes y envían al estado aproximadamente 3 mil millones de dólares anuales con lo que se sostiene casi la mitad de la población michoacana, más del 50 por ciento del presupuesto estatal.

En materia de empleo tanto la política del gobierno estatal y la iniciativa privada solo generan al año aproximadamente 60 mil empleos, insuficientes para satisfacer la demanda.

La distribución de las actividades productivas y económicas en el territorio michoacano tiene la característica de una polarización, es decir un desarrollo regional desequilibrado, basta señalar que el municipio de Lázaro Cárdenas genera la mitad del valor del Producto Interno Bruto Estatal, la otra mitad está especializada en los sectores de los servicios y el comercio, en cuanto al sector manufacturero es poco productivo y genera poco valor agregado aunque concentra una buena parte del personal ocupado estatal. En síntesis la economía michoacana contribuye apenas con el 3.5 por ciento al PIB nacional.

El campo michoacano tiene la característica de la polarización, por una parte, la entidad registra un sector agroexportador cuyo producto ocupan los primeros lugares de exportación como es la producción de aguacate y las berries que tienen un efecto multiplicador en la región de tierra caliente generando un monto importante que por noveno año consecutivo, Michoacán ratifica su liderazgo en el valor de la producción agrícola, con ingresos cercanos a los 81 mil millones de pesos, siendo el aguacate, zarzamora, fresa, maíz, limón, jitomate, frambuesa, chile, caña y sorgo -en ese orden- los que lideran al campo michoacano. Y por la otra, existe un sector agrícola de granos básicos descapitalizado de pequeños productores sin financiamiento, baja asistencia tecnológica y en el abandono.

Como se conoce las finanzas públicas del gobierno de Michoacán registran un déficits de más de 5 mil millones de pesos, además de una enorme deuda pública estatal estimada en más de 35 mil millones de pesos y un alto costo de su servicio incluyendo los intereses.

Lo anterior le quita capacidad de financiamiento al gobierno estatal para impulsar el desarrollo económico y social y con ello el crecimiento de la economía michoacana.

Mención aparte, merece el financiamiento del sector educativo y de salud, pero estos problemas en apariencia estarán solucionados al pasar la administración en manos del gobierno estatal al gobierno federal, aunque actualmente representan el 65 por ciento del gasto público estatal y todavía no se sabe si este porcentaje que administrara el gobierno federal será descontado del presupuesto de egresos del gobierno estatal.

En cuanto a la problemática social más del 50 por ciento de la población se encuentra en pobreza y de esta el 30 por ciento está en pobreza extrema, además de acuerdo al Coneval un alto porcentaje es vulnerable a caer en pobreza extrema. La política social ha fracasado en Michoacán, a pesar de los programas asistenciales de los gobiernos estatal y federal.

El principal problema que enfrenta los michoacanos es el de la inseguridad por el crimen organizado y la delincuencia común, además del deterioro del tejido social y el alto nivel de impunidad; todavía es una asignatura pendiente para el gobierno de Michoacán y los futuros.

Tan solo es una muestra de que desde el 2001 hasta la fecha los problemas estructurales de Michoacán en vez de irse resolviendo se agudizan, las diferentes administraciones estatales pasadas fueron omisas y se manejaron con una gran opacidad y corrupción. Hoy no se sabe, ni se podrá saber en qué se gasto los recursos de la deuda pública estatal.

Ante este estado por el que atraviesa en términos económicos y sociales el estado de Michoacán y a cinco meses de que la actual administración de Silvano Aureoles cumpla su cuarto año de gobierno en un escenario de crisis económica y social es necesario ir pensando en la construcción de una nueva agenda de desarrollo económico y social para convocar a todos los sectores principalmente los de la sociedad civil a un dialogo público, porque los problemas de Michoacán no caben en las agendas de los partidos políticos aunque sean de la cuarta transformación. ¿Quién tomara la iniciativa?

      

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