Desde este espacio lamentamos y condenamos mucho el asesinato del ex líder de las autodefensas en Michoacán y ex candidato a la gubernatura Hipólito Mora; este hecho es la máxima expresión del fracaso total de la lucha contra la delincuencia organizada. Mientras que, desde Palacio Nacional, López Obrador continúa mandando abrazos y que va “acusar con su mama de los malosos y a que se porten bien” pero Hipólito Mora no solo recibió los balazos sino fue calcinado en un acto de crueldad.
Pero Mora no es tan solo una víctima más de la delincuencia organizada que domina el territorio michoacano, donde la población es víctima ante el fracaso de la estrategia militar para combatirla por todos los niveles de gobierno.
Junto con el Doctor José Manuel Mireles Valverde se levantaron en armas hace más de una década para combatir a los Caballeros Templarios de acuerdo a las crónicas periodísticas y que está ampliamente documentada.
Es larga la historia y el final de los Grupos de Autodefensa pero el método fue efectivo en poco tiempo limpiaron el territorio y defendieron a su familia, su patrimonio y la vida de miles de michoacanos, fue un ejemplo de cómo la población ante el fracaso del Estado y los diversos niveles de gobierno que no pueden garantizar la seguridad pública a los ciudadanos, sino que éstos tienen el legítimo derecho a la autodefensa.
Hoy los diversos niveles de gobierno tienen que responder tan solo una pregunta que va más allá de las investigaciones de las autoridades de procuración de justicia que es ¿quién gobierna Michoacán y el país?
El surgimiento de las autodefensas y las policías comunitarias son un ejemplo de efectividad ante el fracaso de la estrategia militar de la seguridad pública.
En un congreso sobre Gobierno, Administración y Políticas Públicas realizado en Madrid España en el año 2013 por el que escribe, el tema fue ampliamente debatido ante más de doscientos especialistas y el tema más esperado; los asistentes eran especialistas de todo Iberoamérica.
Por lo pronto, Michoacán como se escribió en otra entrega publicada en este espacio, es un infierno, ahí están los hechos.
Solo hay que agregar que desde este espacio nos solidarizamos con la familia de Hipólito Mora y la población afectada en Tierra Caliente, y al mismo tiempo demandamos Verdad y Justicia.