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jueves, abril 17, 2025

EL NEOLIBERALISMO Y EL TURISMO EN MÉXICO

Juan TelloEl sábado pasado, el Presidente López, mencionó tres compromisos relacionados con el sector turístico de México, en el compromiso 92, el Presidente se comprometió a fomentar el turismo para impulsar desarrollo y empleos. En el compromiso 93, se anunció que inicia el mejoramiento urbano en las colonias marginadas de los centros turísticos de Los Cabos, Puerto Vallarta, Bahía de Banderas, Acapulco y Solidaridad. El compromiso 94, anuncia la construcción del Tren maya, para comunicar por este medio de transporte rápido a turistas y pasajeros nacionales. El Presidente afirma “que llegaran muchos turistas, todos los de Cancún van a entrar a estados como Yucatán, Campeche, como Tabasco y Chiapas. Y se le dará el uso de carga, para mercancías en estos estados”.

Fue en el periodo del Presidente Luis Echeverría Álvarez de 1970 a 1976 cuando se puede hablar de la institucionalización de la actividad turística en México con la creación del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), la Secretaría de Turismo (Sectur) y como política fundamental fue la creación de los Primeros Centros Integralmente Planeados (CIP). Los distintos gobiernos de la República han pretendido planificar centralmente a la industria turística, se ha privilegiado el corto plazo buscando que el sector tuviese un crecimiento sostenido, también se ha favorecido el fortalecimiento de una industria de tipo oligopólico donde la población local se ha limitado a beneficiarse con empleos mal pagados y empresas de servicios turísticos frecuentemente informales y restaurantes de pequeñas dimensiones. Así, desde 1970, en el sector turístico se ha tenido una remuneración media anual de los trabajadores como el tercer más bajo dentro de los diferentes sectores económicos de México.

En su campaña y en sus discursos ya como presidente, López Obrador culpa de todos los males al neoliberalismo. El término “neoliberalismo” fue acuñado por el académico alemán Alexander Rüstow en 1938, en un coloquio. Entonces se definió el concepto de neoliberalismo como “la prioridad del sistema de precios, el libre emprendimiento, la libre empresa y un Estado fuerte e imparcial”. Para ser neoliberal es necesario requerir una política económica moderna con la intervención del Estado. El término neoliberalismo es utilizado por la izquierda peyorativamente para criticar las políticas de liberalización del sector privado tendentes a aumentar su rol en la economía. Hoy en día el uso del término se orienta a describir las políticas económicas que “eliminan los controles de precios, desregulan los mercados de capital y reducen las barreras al comercio”, además de reducir la influencia del Estado en la economía, especialmente mediante la privatización y la austeridad fiscal.

Para el otro sector de críticas, muchas de las medidas acusadas de neoliberales, entre las que se incluyen la globalización, lejos de ser negativas han sido las que han empujado a los países que se adherían a ellas un crecimiento medio de 1.5 puntos superior al de aquellos otros países que no lo hicieron. Para estos grupos, en su mayoría liberales, ha quedado demostrado que los países que más se adhirieron a lo que se conoce popularmente como «neoliberalismo globalista» tienen menos pobreza extrema que los que no se han adherido. Afirman que los países que adoptan medidas de libre mercado reducen su pobreza y su desigualdad.

Parece que el tema que más molesta al nuevo presidente es el que tiene que ver con la privatización y que en sus libros más espacio ha dedicado. El neoliberalismo considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos y que el Estado debe achicarse para ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza. El nuevo presidente piensa totalmente lo contrario. El neoliberalismo propone una disciplina en la política fiscal, enfocándose en evitar grandes déficits fiscales en relación con el Producto Interno Bruto, opuesto a lo que opina el nuevo Presidente. El neoliberalismo propone una redirección del gasto público en subsidios hacia una mayor inversión en los puntos claves para el desarrollo, servicios favorables para los pobres como la educación primaria, la atención primaria de salud e infraestructura.

El gobierno del Presidente López genera incertidumbre porque toma ideas aplicadas en México durante la década de los setenta sobre lo que debe ser un Gobierno paternalista pero también apoya ideas fundamentales del neoliberalismo al que tanto ataca. Sin embargo lo que más me preocupa es su afán por fortalecer su imagen y poder personales y disminuir el poder de las instituciones, receta que ha fracasado en otros países. Su visión de corto plazo no contempla el incremento de la productividad de los mexicanos ni tampoco su visión sobre temas de vanguardia tecnológica, su interés de fortalecer el petróleo es una década ya vivida que ha fracasado. Más de 40 millones de mexicanos no vivieron en la década de los setenta, la historia tiende a repetirse sobre todo en temas económicos. No hay visión clara de turismo moderno.

juan.tello@me.com

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