La función de los senadores o diputados se creó en la antigua Roma, en el siglo VI a. C., cuando se estableció la República romana. En ese momento, los senadores eran elegidos por los patricios, la clase alta romana, para asesorar al rey. Posteriormente, cuando la monarquía fue sustituida por la República, los senadores pasaron a ser elegidos por los ciudadanos romanos. La función de los senadores o diputados se extendió a otros países durante la Edad Media.
En los siglos XVIII y XIX, la función de los senadores o diputados se consolidó en todo el mundo. En la mayoría de los países, los senadores o diputados son elegidos por los ciudadanos en elecciones libres y democráticas. En México, la función de los senadores o diputados se creó en 1822, con la instalación del primer Congreso Constituyente. El Congreso Constituyente estaba formado por diputados elegidos por los ciudadanos de los estados de la nueva República.
En la actualidad, los senadores o diputados son los representantes de los partidos políticos y no del pueblo. Deberían ser los encargados de elaborar las leyes, aprobar el presupuesto y controlar al gobierno, siempre anteponiendo los intereses de la población y no del gobernante en turno y no de los partidos políticos.
¿Y esto que tiene que ver con el turismo?, que los diputados y senadores han aprobado una serie de medidas que contravienen el espíritu por el que fueron electos. Voy a citar algunos ejemplos concretos, recién aprobaron: 1 nuevo fideicomiso turístico operado por la SEDENA que recibe 10 mil millones de pesos al año; 2 nuevos fideicomisos operados por la SEDENA y Marina; un impuesto del 9% a concesionarios de aeropuertos para nutrir esos dos fideicomisos, al final esto creara tarifas aéreas más altas que serán pagadas por el consumidor final; fuente permanente de ingresos para el Tren Maya, la Aerolínea del Bienestar que por cierto no tiene autorización para vender boletos de avión, además de los aeropuertos operados por militares gracias a esos tres fideicomisos.
Aprobaron deuda interna de hasta 1.9 billones de pesos en 2024 y deuda externa de hasta 330 mil millones de pesos. A nivel estatal acaban de nombrar a un auditor totalmente afín al gobernador. Todo esto nos hace reflexionar si efectivamente vale la pena tener tantos “representantes populares” tan costosos, tan ineficientes y contrarios a los intereses populares.
En años recientes se ha presentado que los gobernantes quieren corromper a los demás poderes, a estos personajes hombres y mujeres se les puede llamar autócratas, dictadores o caudillos. Estos líderes políticos buscan concentrar el poder en sus manos y eliminar o subordinar a los otros poderes del Estado. Y lo vemos en todos los niveles, a nivel federal es muy claro, a nivel estatal es claro que los diputados no están defendiendo los intereses de los ciudadanos, están a la orden del gobernante en turno.
Inclusive en instituciones como Universidades públicas en donde a través de amenazas o vendetas personales, los autócratas suelen utilizar la corrupción como una herramienta para controlar a los demás poderes. Pueden ofrecer sobornos, privilegios o amenazas para asegurarse la lealtad de los legisladores, jueces, miembros de consejos entre otros.
La corrupción de los gobernantes puede tener graves consecuencias para un país. Puede conducir a un desequilibrio del poder, a la desigualdad social y al deterioro de los servicios públicos. En México, se ha utilizado el término “neoporfirismo” para referirse a la tendencia de los gobernantes a concentrar el poder y a utilizar la corrupción para controlar a los demás poderes.
Durante el porfiriato, Díaz ejerció un control absoluto sobre el país, utilizando la corrupción para mantener a sus enemigos a raya. Los autócratas suelen concentrar el poder en sus manos, lo que les permite tomar decisiones unilaterales sin tener en cuenta los intereses de los ciudadanos, de los estudiantes o de cualquier otro espacio que maneje recursos públicos.
La mejor forma de atacar a los autócratas es a través de la acción colectiva. Los ciudadanos deben unirse para exigir sus derechos y para promover la democracia y el Estado de derecho. Es importante dejar de lado la indiferencia y la falta de ciudadanía. Las personas deben estar informadas sobre la corrupción de los gobernantes y funcionarios públicos y exigir a sus representantes que actúen para combatirla, el turismo en México está siendo saqueado y a este ritmo no será más una fuente de desarrollo para el país.
