Los problemas administrativos que enfrenta la administración federal no cesan. De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico-Aeronáuticas (INIJA), el quebranto a las aerolíneas por la degradación a Categoría 2 de la seguridad aérea en México ascendería a $25 mil millones de pesos y los particulares podrían demandar económicamente al gobierno de México.
De acuerdo con los especialistas, dado que la degradación de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) a categoría 2 por parte de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) se debe estrictamente a una actividad administrativa irregular del gobierno de México, hay, por lo tanto una comprobada responsabilidad Patrimonial del Estado. Los expertos en aviación explican que la legislación vigente prevé, para los particulares, la posibilidad de demandar económicamente al Estado, por consecuencias de tipo económico. Sobre todo para las aerolíneas, el resarcimiento económico de la afectación ocasionada por esa actividad irregular, consistente en no cumplir a cabalidad con las obligaciones que le son impuestas por la ley. En este sentido, se estima una afectación económica directa por el orden de lo 25 mil millones de pesos, sin considerar la afectación indirecta.
Esta afectación deberá comprender la ocasionada para la temporada alta de fin de año, ya que las aerolíneas preparan la misma con bastante anticipación. Como ya se ha mencionado en otras ocasiones, es necesario incrementar el presupuesto de la AFAC para solventar las anomalías detectadas por la FAA. La política de austeridad republicana sigue generando estragos en este importante sector.
A nivel mundial también se están presentando dificultades y es que una combinación de incremento de contagios de COVID-19, la ausencia de personal y reclamos salariales están complicando la recuperación de las aerolíneas y amenazan un verano boreal turístico que prometía ser muy positivo.
Se pronosticaba que la pandemia tendrá un final, pero no se sabía cuándo sería. Fue entonces cuando las nóminas de trabajadores pesaban duramente sobre las estructuras de costo (casi el 30% de los totales). Era evidente que se sostenían estructuras para un despliegue operativo que no existía o era mínimo.
Sin duda alguna, la velocidad de la recuperación sorprendió al sector. Y cuando las aerolíneas fueron a buscar nuevamente al personal, este ya no estaba allí. Habían conseguido otros empleos acaso más redituables, o más estables. Existe un personal calificado que es difícil de encontrar, así, los fabricantes de aviones ya venían denunciando un déficit en ese segmento de trabajadores calificados: el ritmo de crecimiento del sector exigiría cada vez más pilotos, tripulantes y mecánicos. La falta de personal también afecta a los aeropuertos, se calcula que, en los principales aeropuertos franceses, el déficit de personal hoy alcanza los 4 mil trabajadores. En Alemania, esa cifra ronda los 5 mil empleados.
Así las cosas, en el mundo están teniendo problemas para administrar el crecimiento del sector y en México estamos tratando de recuperar la categoría 1 en seguridad aérea que cada vez luce más difícil de lograr.