Los datos más recientes de la Encuesta Mensual de Servicios del INEGI, indican que el personal ocupado en hoteles y moteles de México disminuyó 9.1% en enero de 2017 con respecto al mes similar de 2016. Lo más preocupante es que con este mes, se registran 17 meses de tendencia negativa. Lamentablemente se trata del lapso más prolongado de recorte de personal del sector hotelero y del peor inicio desde 2009, cuando se empezó a generar la información disponible. Básicamente lo que cuantifica la encuesta del INEGI es el número de empleados, ya sean de planta o eventuales, que cubren como mínimo una tercera parte de la jornada laboral de la misma o 15 horas semanales.
Ante este escenario, se puede generar una paradoja. A nivel nacional, la Secretaría de Turismo ha presumido cifras sin precedentes en la llegada de turistas internacionales, en los ingresos por turismo. Pero cómo se explica que teniendo mayor demanda de turismo, se tiene un mayor despido de personal. Las causas no están claras pero parte de la explicación puede deberse a lo que ya se ha comentado, muchos de los hoteles son parte de cadenas internacionales que acumulan sus ingresos en países distintos a México, llevándose los posibles beneficios. Otra posible explicación gira en torno a la devaluación del peso que puede estar apretando los márgenes de ganancia de los hoteleros que tienen proveedores de insumos extranjeros y a los que les pagan en dólares. Preocupa que es un tema que lleva cerca de año y medio y no ha sido atendido ya que se prefieren comentar los números positivos que la industria turística mexicana refleja a nivel general.
En temas más locales y a pocos días de que inicie el periodo de Semana Santa, entendido como una de las temporadas en las que Michoacán recibe más visitantes nacionales y extranjeros. Se presentan problemas en la comunidad de Arantepacua, en el municipio de Nahuatzen. Mismos que han tenido trascendencia nacional. Si bien no se compara la importancia de vidas humanas contra la imagen turística, si genera como daño colateral la percepción negativa en algunas zonas de la entidad.
Queda claro que Michoacán puede ser una potencia turística, posee fortalezas en diferentes subsectores. Sin embargo desde hace casi 20 años, el estado está amenazado por problemas políticos, económicos y sociales que ponen en riesgo el potencial turístico de la entidad. Michoacán ha sido percibido en algunas regiones como un lugar inseguro para ser visitado. La entidad sigue sin consolidar sus potencialidades, sigue en promesas y con problemas, principalmente problemas exacerbados por la inestabilidad política en este destino dependiente del turismo. Lamentablemente no se han resuelto problemáticas sociales que contienen y limitan el desarrollo de industria turística de Michoacán.
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