VACACIONES QUE EDUQUEN
Ha iniciado el último periodo vacacional del año 2019 en la vida de nuestro país, y con él una holganza de variados gustos, rostros y costos.
Pero quien nunca debe estar en la flojera es el fenómeno educativo, pues nunca deben estar inactivos, para enseñar y aprender, los 125 millones de mexicanos, ya que nuestro futuro depende de ello.
La educación es un fenómeno vital de todo ser humano que, mientras existamos, permanentemente, estamos aprendiendo, con escuela, sin escuela, y aún en contra de la escuela.
Porque el fenómeno educativo no se circunscribe a la educación escolarizada; siendo ésta una parte mínima de aquel; y, siendo aquél de mayores dimensiones y trascendencias.
Bien o mal, y en los tiempos que corren más mal que bien, la familia educa, el barrio educa, los amigos y compañeros educan, los centro de trabajo educan, las calles educan, el comportamiento de los parias y de los poderosos educa, el cine, la televisión, la radio, el internet, las redes sociales, los periódicos, las revistas, el gobierno, todo educa.
Y claro, las escuelas también educan, si es que no nos salvamos de ellas o si ellas tienen un lugar para nosotros. Y si por educar también se entiende el informarnos, y formarnos con esa información, debemos capacitar al educando a saber informarse por sí mismo con sus aptitudes y con los instrumentos del conocimiento a su alcance.
Todos deberíamos saber leer, escribir, contar, medir, vender, comprar, y saber realizar un sinnúmero de haceres que la vida reclama, actualmente, para producir bienes y servicios, pero de excelencia.
Para todo eso, partamos de la realidad. Nuestro sistema económico es capitalista. Económicamente organizado con patrones y trabajadores; y ambos, deben ir perfeccionando la estructura, para generar riqueza, y distribuirla equitativamente, a efecto de que la distancia entre ricos y pobres se reduzca significativamente.
Trabajo y capital deben tener dimensiones humanas; los dueños del trabajo y los dueños del capital, junto con su respectiva familia, requieren de un magnífico nivel educativo, para producir una sana movilidad económica y social.
El capital es necesario, pero únicamente se obtiene con el trabajo humano organizado, usando con talento los recursos a su alcance.
El dinero solo no produce dinero, siendo en nuestro tiempo, si no el único, sí el común y ordinario representativo de la riqueza acumulada que, entre mayor sea, entra en sospecha su apropiación, e impone mayor responsabilidad social.
Pero éstos, como muchos otros conocimientos que pueden conducir a cambios que nos desarrollen individual y socialmente, los poderosos de aquí, y de allá, se oponen a que sean parte del mapa curricular de todas las escuelas, de todos los niveles y de todas las modalidades.
Jugando, jugando, con los conceptos, pensando, pensando, sobre las soluciones a nuestro problemas, trabajando, trabajando, para crear calidad de vida, en nuestras vacaciones, mejoremos todos nuestro nivel educativo, en todos los órdenes.