EL TREN VA, AUNQUE NOS ATROPELLE
Algo de la esencia de lo mexicano lo describió muy bien Chavela Vargas cuando le preguntaron: “¿De dónde es usted?”; y ella contestó: “Soy de México”. “Pero se dice que usted nació en Costa Rica”, señaló el preguntón; concluyendo lapidariamente Chavela: “Soy de México, y los mexicanos nacemos en donde nos da nuestra rechingada gana”.
Ese segmento de lo mexicano es un anarquismo popular que traemos atravesado, es una diabólica y a la vez santa voluntad. No es simple deseo, ni ganas sencillas. Es un grito de libertad salido de lo más profundo de un pueblo en constante mestizaje, mezcla dolorosa por su origen ignaro y abusivo.
Así, y por ello, aspiramos a hacer, casi siempre, nuestra rechingada gana, ya para nacer o para morir, o para votar o para gobernar.
Me concita este tipo de reflexiones la autocomplaciente, peligrosa y presumida, terquedad del presidente Andrés Manuel López Obrador: “Llueva, truene o relampaguee, el tren maya va, porque va”; frase retadora expresada en una reunión en un hospital rural de Campeche, en donde sobrevino una lluvia torrencial, con un estruendoso relámpago que cimbró el lugar, y en donde segundos después AMLO hizo referencia: “esos son verdaderos fuegos artificiales, fuegos naturales”.
Y ese testarudo presidente, impertinente al improvisar, tuvo en ese momento ideas gratas que expresó con error, como ya es su costumbre.
Esa estridente descarga eléctrica, y las que le siguieron en ese lapso vivido, no son “verdaderos fuegos artificiales”, como AMLO lo aseguró, ni siquiera son “fuegos naturales”, ese fenómeno físico es otra cosa.
Obvio que, a veces, sus metáforas y su fraseología populachera producen irrelevantes equívocos; pero en asuntos de mayor interés para el país, sus improvisaciones generadas por un irascible autoritarismo, muy íntimo, colocan a México en zona de peligro.
¿Qué es urgente invertir en el desarrollo del sudeste mexicano?
La respuesta de todos es: Sí.
¿Qué una de las opciones es un tren que realice un periplo turístico por varios estados de aquella región? La respuesta de la mayoría es: Puede ser.
Pero si al presidente se le pide que haga públicos todos los estudios sustentables para esa obra, lo más probable es que sólo encontremos una irresponsable improvisación, fundada en “Va porque va”, aunque truene, llueva o relampaguee.
Y AMLO aplica la misma rústica retórica respecto a la salud, la educación, y el alza al salario, sin estudios que lo sustenten, a ojo de buen cubero, por su sentimentalismo frente a una necesidad real, y porque le da la gana.
Todos los mexicanos deseamos una educación de calidad y gratuita de CENDI a doctorado. No hay nadie que no quiera tener un servicio de salud excelente, pleno y gratis. Ansiamos un salario superior al de EU, Suecia y Alemania.
Pero lo anterior se logra con mucho trabajo productivo de todos, aparte de que los gobernantes no roben, con una superior forma de organización para producir cosas de calidad en cantidad, de consumo interno y para exportación, pero con una distribución justa de lo producido.
Es decir, que nadie obtenga 100 mil millones de dólares, mientras otros sólo ganen diariamente, si bien les va, 102 pesos con 68 ocho centavos.