PERO NO ME DOBLO
La generación de la Reforma es, sin lugar a duda, una de las mejores que ha tenido México; y, dentro de ella, Melchor Ocampo resulta su talento más lúcido.
De conceptos precisos, breves y claros, nos heredó su ideología: “Me quiebro, pero no me doblo”.
“Me quiebro”, significa consentir hasta su muerte; “pero no me doblo” constituye asegurar que jamás se encorvará, sin dignidad y humillado, para entregarse, tolerándolo todo.
La presidente Sheinbaum y su gobierno tienen una ideología opuesta al Apóstol de la Reforma, se doblan en todo para no quebrarse.
Recién, fueron capaces de doblarse, sin dignidad ninguna, ante una fracción sindical del magisterio, la CNTE, quien con sus acciones bloqueó la iniciativa de la ley del ISSSTE, el tráfico en las calles, la actividad bancaria, instalaciones hospitalarias, vías del tren, aeropuertos, y hasta ha paralizado el desarrollo de la educación mexicana.
El gobierno de Sheinbaum los provocó, a lo tarugo, con esa iniciativa de reforma impensada, y ahora la hacen doblarse y, además, le exigen (y obtienen) otras prestaciones mayores y nuevas.
Sheinbaum y su gobierno se doblan ante el amo López. La presidente fue hasta Macuspana y expresó: “Aquí es un lugar histórico porque vio nacer al mejor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Desde esta población, gritemos fuerte para que nos oiga, ‘es un honor estar con Obrador’. Mucho cariño le enviamos desde aquí, y muchos aplausos. Fuerte, que se oigan los aplausos, porque es nuestro gran dirigente.”
¡Vaya!, que doblada.
Menos efusivas, pero más eficaces las dobladas ante el presidente Donald Trump. Le envía Sheinbaum a todos los capos que EU requiera, y hasta los que no solicita en estos momentos; permite de inmediato la entrada de soldados estadunidenses fuertemente armados a nuestro país; deja pasar aviones y barcos de guerra con bandera de barras y de estrellas, por aguas y espacios aéreos mexicanos, sin chistar, y modosita.
Hace unos cuantos días que Trump, con sus ínfulas de enfurecido, anunció que ni Canadá ni México se salvarían de la imposición de aranceles; la razón que dio, es que “ambos gobiernos son tramposos.”
Las autoridades canadienses han sido electas hace días. Obvio, todavía no les conocemos ningún chanchullo.
Empero, el gobierno mexicano se sostiene de hacer marrullerías, desde tipo electoral, económicas, agrícolas, judiciales, educativas, religiosas, del bienestar, y de todos los órdenes.
Cierto, muchos sexenios gubernativos de nuestro país, en el siglo XX y en el XXI fueron ineptos y pillos, pero del 2018 a la fecha la incapacidad gubernativa, lo embustero de los presidentes, las raterías de las autoridades, lo fullero de los altos funcionarios públicos, se han elevado en demasía.
López manda, Sheinbaum obedece.
Ambos comparten bribonadas, tonterías, engaños, y dobleces. Dice López a través de Sheinbaum: “Nosotros no construimos verdades. Nosotros siempre decimos la verdad; y eso pedimos a la Fiscalía General de la República en el caso de Teuchitlàn.”
Y la FGR, tan obediente hasta la ignominia, se puso a limpiar ese “campo de exterminio” para que no quedara huella de nada, y pudiera verse la verdad de Sheinbaum y de su amo.
Pero la verdad es hija del tiempo, no es hija de la autoridad, ni menos tiene padres torcidos como Sheinbaum y López, quienes retuercen todo; y, quienes no entienden, que no hay nada absoluto, y que toda verdad es relativa.
El notorio y vital pensamiento de Melchor Ocampo sigue vigente: “Me quiebro, pero no me doblo.”