PINOCHOS DE NARICES LARGISIMAS
Por cantidad, el presidente mexicano que ha rendido más informes de gobierno ha sido Porfirio Díaz Mori, con más de 30 años en el poder.
Empero, desde esta misma perspectiva, el segundo lugar lo tiene el actual presidente de nuestro país, quien ha pronunciado más de 16 informes oficiales dentro de su lapso administrativo de 3 años 8 meses, además de sus cerca de 1250 mañaneras, que han dejado de ser conferencias presidenciales, para convertirse en su única forma de gobernar, repitiendo, con pequeñas variantes, el mismo discurso machacón, salido de los labios presidenciales, cada vez más torcidos.
Ni Antonio López de Santana, con 6 retornos al poder, tuvo tantos informes como su tocayo López Obrador.
La angustia del presidente actual ha sido no ser igual a sus antecesores inmediatos, entendiendo por ellos desde Miguel de la Madrid a Enrique Peña, a quienes ha etiquetado, a su conveniencia, como “ineptos, corruptos, omisos y traidores a la patria”, por supuestamente ser “conservadores y neoliberales”.
Y en esa su ansiedad socio paranoica (al estilo del hitleriano Goebbels) no se cansa de ser un disco rayado: “No somos lo mismo… no somos lo mismo”, “no somos lo mismo”, pensando que de la mentira algo queda si se repite muchas veces.
El observador neutral, en realidad, ve que no son lo mismo, sino que simplemente son más de lo mismo.
En este septiembre del 2022, el presidente de la república se ha calificado a sí mismo ante un pequeño, selecto y aristocrático grupo de familiares y cercanos colaboradores: “Estoy feliz, feliz. Les confieso que ahora tengo más aplomo y serenidad que antes, han crecido más, sin duda, mis respetos y mi amor al pueblo.”
¿Dónde hemos oído eso antes?; en el mundo de los cuentos.
Espejito, espejito, ¿quién es el más feliz, el de mayor aplomo y serenidad, el que más ha crecido, y el que respeta y ama más al pueblo?
Ante la respuesta del espejito, el presidente brujo y fósil, rompe con encarnizado odio al espejito insolente.
“No somos iguales”.
No, no son iguales; veamos objetivamente por qué.
Sexenio de Fox fueron 33,635 homicidios.
Sexenio de Calderón 121,613 homicidios.
Sexenio de Peña 156,437 homicidios.
En 3 años 8 meses de López 122,102 homicidios.
De las anteriores cuatro administraciones presidenciales, cuál ha sido su índice de crecimiento económico en su sexenio: Fox 2.3%, Calderón 2.2%, Peña 2.17%, López tuvo un decrecimiento económico de -8.9%, y en este año 2022 se espera un crecimiento del 1.8%, por lo que arrastramos un decrecimiento de -7.1%.
Fox dejó la presidencia con 53 millones de pobres en México. Calderón dejó la presidencia con 53.3 millones de pobres en México. Peña dejó la presidencia con 52.4 millones de pobres en México. López a la mitad del año 2022 generó 64 millones de pobres en México.
La retórica septembrina del presidente y sus comparsas produce una fiesta de pinochos con narices demasiado largas.
Además, el supuesto “aplomo sensato” y la “serenidad armoniosa” del presidente se derrumban, faltándoles al respeto a las fuerzas armadas, por llevarlas a la inconstitucionalidad, al agredir brutalmente a los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal, y al seguirles mintiendo sin respeto alguno a los mexicanos.