El arancel estadounidense amenaza con reducir el producto mexicano en el mercado vecino, donde seis de cada 10 jitomates frescos consumidos son nacionales
Tanhuato, reconocido como uno de los principales productores de jitomate en México enfrenta un desafío crítico tras la imposición de una cuota compensatoria del 20.91% a las importaciones mexicanas de este producto, anunciada el 14 de abril por Washington.
En entrevista, Daniel Herrera, presidente municipal de Tanhuato, advirtió sobre los riesgos para la economía local, pero aseguró que productores y autoridades trabajan en negociaciones para mitigar el impacto.
Se tiene conocimiento, que tan solo detrás del aguacate con relación a divisas, el jitomate aporta al país cerca de 3 mil 030 millones de dólares anuales por exportaciones. Herrera subrayó que la agricultura protegida en invernaderos es el motor económico del municipio: «Estamos en primer o segundo lugar de producción estatal. Nuestra vocación es el campo, y el jitomate es nuestra bandera».
Herrera detalló que la infraestructura de Tanhuato está diseñada para la exportación: la mayoría de los invernaderos operan bajo estándares internacionales y dependen del autotransporte de carga para enviar el producto a EU. No obstante, destacó que la competitividad también se sostiene con mano de obra itinerante: jornaleros de Michoacán, Guerrero y comunidades purépechas llegan al municipio, donde residen en albergues modernizados.
Sin embargo, la cuota estadounidense amenaza con reducir el atractivo del producto mexicano en el mercado vecino, donde seis de cada 10 jitomates frescos consumidos son de origen nacional. «El tema es delicado. Hay preocupación por ajustar precios, pero los empresarios ya negocian», afirmó el alcalde, en referencia al plazo que tiene el gobierno de Claudia Sheinbaum para llegar a un acuerdo antes del 14 de julio.
Mientras el reloj avanza, Tanhuato simboliza la encrucijada del campo mexicano: su capacidad para mantener un producto estratégico frente a barreras comerciales dependerá de acuerdos diplomáticos, pero también de sostener una cadena de valor que incluye desde jornaleros hasta transportistas. «El jitomate nos une a EU. Confiamos en que la solución no lastime a quienes viven del campo», concluyó Herrera.