El 40 por ciento de las muertes violentas en Michoacán corresponde al grupo etario de 15 a 29 años
El fenómeno de la violencia juvenil en Michoacán ha alcanzado niveles alarmantes, con patrones sistemáticos de agresión que afectan principalmente a varones víctimas de reclutamiento forzado por grupos criminales.
Ante este panorama, la diputada local Gulianna Bugarini Torres presentó una iniciativa de ley para incluir el delito de juvenicidio en el Código Penal del Estado.
Durante la sesión pública de este jueves, Bugarini explicó que el proyecto busca añadir el artículo 122 al Código Penal de Michoacán, estableciendo sanciones específicas para quienes cometan homicidios motivados por la edad de la víctima.
«La inclusión del juvenicidio la legislación estatal debe ser respaldada por políticas públicas orientadas a la prevención y radicación de la violencia estructural contra jóvenes situación que es imperativo establecer mecanismos como monitoreo y denuncia que permitan detectar patrones de victimización por edad y brindar protección efectiva los sectores más vulnerables», señaló.
La legisladora argumentó que, al igual que ocurrió con el feminicidio, reconocer el juvenicidio como un delito autónomo permitiría penas acordes con la gravedad de los hechos.
Según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), el 40 por ciento de las muertes violentas en Michoacán corresponde al grupo etario de 15 a 29 años, cifra que supera la media nacional en más de 10 puntos porcentuales.
Además, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reporta que, en los últimos cinco años, la tasa de mortalidad por causas violentas en hombres jóvenes ha mantenido un incremento sostenido, alcanzando niveles comparables con los de zonas de conflicto de alta letalidad.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señala que el 30 por ciento de los trabajadores jóvenes en la región labora en sectores peligrosos sin acceso a medidas de seguridad adecuadas, lo que incrementa su vulnerabilidad social y económica, factores que los convierten en blanco de los grupos delictivos organizados.
