En el corazón de Morelia, se teje una historia de amor y lucha por los más vulnerables
Paola Rosales Ramírez, madre de cuatro hijos y ama de casa, originaria de Lázaro Cárdenas, ha dedicado los últimos años a hacer lo que pocos se atreven: ayudar a los ancianos olvidados, aquellos que sufren en silencio el abandono, la enfermedad y la pobreza extrema.
Paola, sin apoyo gubernamental y guiada por su espíritu inquebrantable, fundó el “Club de Ayuda Morelia”, una asociación que busca mejorar la vida de los adultos mayores en situación crítica.
Al ver a tantos ancianos enfermos, sin comida ni techo, decidió usar las redes sociales para recolectar donaciones, documentando cada entrega para asegurar que, la ayuda llegara a los destinatarios.
“Los abuelitos son mi debilidad y ver la necesidad que sufren, muchos están solos, muchos los abandonan y a su larga edad y con tanto cansancio, aún salen a trabajar todos los días o personas de edad, que están solos y que, no tienen absolutamente nadie, quien los apoye, todo eso me motivó a crear este grupo y apoyar al mayor número de abuelitos que se pueda”, manifestó.
Pese a contar con un grupo de WhatsApp con más de 400 miembros, Paola, se lamenta de que pocos se comprometen verdaderamente.
Sin embargo, su dedicación ha logrado movilizar a dos especialistas médicos, una doctora y un médico militar que, brindan atención gratuita a los ancianos.
Cada semana, Paola, organiza una red de apoyo que, no solo compra los productos que los abuelitos venden en las calles, sino que, también les ofrece un sustento adicional y la posibilidad de recibir medicinas y consultas gratuitas.
Paola, no se cansa de lamentar la falta de apoyo del gobierno, ya que, muchos de estos ancianos, no pueden acceder a una pensión, debido a problemas con su documentación.
Pero, más allá de las dificultades, lo que, realmente la impulsa es la gratitud en las miradas de aquellos que han sido olvidados.
Dueña de una pequeña tienda de saldos, también, se da tiempo para llevar todos los miércoles de comer a los más necesitados en el hospital, prepara alimentos para más de un centenar de personas a las cuales se los entrega de forma gratuita.
Paola extiende su mano a la sociedad, pidiendo que, nadie se quede al margen, porque todos pueden contribuir desde su trinchera.