UNA OFENSA A LA CONSTITUCIÓN
Además de ser un acto de propaganda política, electorero en favor de Morena, el paquete de reformas anunciadas esta tarde por el presidente López Obrador, muchas de ellas que no serán aprobadas, serán la cortina de humo perfecta para que el mandatario y su partido, lleven a cabo la elección de estado más grande que se haya realizado en la historia del país en favor de su candidata presidencial.
Aunque la mayoría de las reformas propuestas por el Ejecutivo nacieron muertas, y que analizaremos en las próximas entregas, mantendrán muy ocupados a los legisladores, medios de comunicación y a opinión pública; mientras tanto sus operadores electorales, los gobernadores, gozarán a manos llenas de recursos públicos para promover a los candidatos morenistas y por supuesto a la candidata presidencial.
En este contexto, en el marco del 107 Aniversario de la Promulgación de nuestra Carta Magna, el presidente López Obrador incurrió en una ofensa grave a la vida republicana, evento que desdeñó al no acudir, demostrando con ello una vez más, su soberbia e inclinación dictatorial y despótica.
Su inasistencia, no solo fue una falta de respeto a la Soberanía del país, a los Poderes Legislativo y Judicial y a los ciudadanos que nos dieron Patria, es una afrenta inadmisible contra la Constitución.
Pero como se supone merecedor de un lugar especial en la historia al lado de Morelos, Juárez o Lázaro Cárdenas y aprovechando el momento cúspide de su egolatría política, López Obrador busca tener una Constitución suya, a modo, para convertirla en su gran legado.
Cuánta razón le asiste al ministro Alberto Pérez Dayán, quien expuso en la ceremonia alusiva a nuestra Ley Máxima, que por encima de la Constitución “no puede estar ningún Poder, nada ni nadie, no permitamos que esto se olvide o se confunda”, acotó.
Refirió que el Poder Judicial debe estar alejado de la política y que la militancia partidista y la Judicatura, no son afines.
La democracia y división de Poderes en México, está en serio riesgo con la 4T.
Un pueblo que elige a corruptos, impostores, ladrones y traidores no es víctima: es cómplice.
