ESTÁN ATERRADOS
Lo que está sucediendo en la campaña de la candidata del presidente Claudia Sheinbaum, tiene sumamente preocupado a la dirigencia nacional de Morena, quien atestigua, día a día, como van perdiendo votos y simpatías por los errores en los que incurre cada vez más frecuentemente la candidata de la 4T, aunado a la actitud, cada vez más hostil, del presidente López Obrador.
Sus confusiones, o momentos de plena sinceridad, al referirse a que con Morena continuará la corrupción y que AMLO llegó a la presidencia por una obsesiva ambición personal, denotan la presión a la que está expuesta la candidata, a quien le tienen prohibido externar independencia política, ya que debe comportarse como la marioneta que el obradorato quiere imponer.
Aunado a los insistentes rumores que, tras el último debate de los candidatos a la jefatura de la CDMX, Morena perderá la elección en la capital del país y que Jorge Álvarez Máynez presuntamente declinará a favor de Xóchitl Gálvez, han prendido las alarmas en Palacio Nacional.
Otra muestra de que las cosas no van bien en la candidatura de la corcholata designada por el dedo presidencial, es la ocurrido en Veracruz, ya que, a su arribo, acompañada de la candidata morenista a la gubernatura, Rocío Nahle, fueron repudiadas por ciudadanos, hartos de la imposición y las mentiras de quien quiere ser impuesta como mandataria estatal.
Y la más reciente, ocurrió este fin de semana en un mitin celebrado en Zumpango, Estado de México, al que Claudia llegó con una hora de retraso, como le es usual, fue recibida con gritos, protestas y carteles alusivos a las “fichitas” que Morena impuso como candidatos en diversos distritos.
Claudia avanzó rápidamente entre simpatizantes que buscaban saludarla, entregarle alguna petición o tomarse una selfie, fueron ignorados. El mitin que se llevó a cabo en la explanada del mercado municipal, lucía con muchas sillas vacías.
Una vez en el templete, las protestas subieron de tono convirtiéndose en insultos y en un momento determinado, Claudia en tono muy molesto, enfrentó a los inconformes cuestionándoles “si la iban a dejar hablar o no”.
Esto ocasionó que, a lo largo de su discurso, que apenas duró 11 minutos, no dejaran de escucharse gritos y muchas mentadas de madre. La candidata oficial perdió los estribos, ignoró a los asistentes, subió su tono de voz llegando a los gritos y regañó a sus compañeros de partido encargados del evento.
La que presume que el proceso electoral “es puro trámite” demostró una vez más que su candidatura está en serios problemas; su arrogancia, su impuntualidad, su falta de respeto a los militantes y la ausencia total de ideas o propuestas propias, la alejan cada vez más de las preferencias electorales.
Lo que es un hecho es que los de la 4T, están aterrados, a punto de entrar en pánico y eso es muy peligroso para la estabilidad democrática del país.