CRISIS ARTESANAL
Uno de los sectores que más han contribuido a enriquecer la milenaria herencia cultural de Michoacán son sus artesanos; manos maravillosas de artistas anónimos que ponen en cada pieza, pasión, orgullo y talento, sin embargo, existe una histórica deuda con ellos.
La falta de presupuesto, pocas acciones para combatir la piratería, competencia desleal y falta de políticas públicas para abarcar a todos los sectores artesanales, son algunos de los problemas que enfrentan los artistas del pueblo.
Desde la reorganización del sector, realizada por el gobierno Federal en el 2019, cuando FONART pasó a formar parte de la secretaría de Cultura, la promoción artesanal a nivel nacional sufrió una serie de cambios y modificaciones en sus programas y alcances.
Pero estos, no han sido suficientes para superar las prácticas desleales contra los artesanos y su promoción a nivel internacional se ha visto seriamente afectada por la falta de recursos y voluntad política para su expansión.
Y es que en el sector, no vemos capacitación y asistencia técnica; ni apoyos para impulsar la producción; ni la promoción en ferias ni exposiciones nacionales e internacionales, ni apoyos para la salud ocupacional; ni apoyos para proyectos artesanales estratégicos y mucho menos la instalación de corredores artesanales.
El único escenario donde se ha sido promovido, son los concursos arte popular, donde la artesanía michoacana siempre es reconocida y galardonada.
La piratería, principalmente proveniente de China, ha afectado la venta de la artesanía, donde cada vez es más común encontrar copias de los patrones originales, que parecen estar hechas con las manos, pero en realidad son hechas con máquinas en alguna maquiladora asiática; esta industria paralela afecta gravemente la venta de los verdaderos los artesanos.
En Michoacán, se estima que hay más de 20 mil artesanos activos actualmente, pero buena parte de ellos debe intercalar su oficio con la agricultura, el comercio o los servicios, debido a necesidades económicas y la insuficiencia de canales de comercialización para sus productos.
En la entidad, la tradición artesanal es rica y diversa. Estos talentosos creadores se dedican a una amplia variedad de oficios, incluyendo el trabajo de la madera, la cerámica y los textiles. Algunos de los oficios más específicos de Michoacán incluyen la creación de imágenes religiosas con pasta de tallos de maíz y un tipo de mosaico hecho con paja de trigo teñida sobre una tabla encerada.
A pesar de su habilidad y dedicación, muchos artesanos enfrentan desafíos en cuanto a acceso a mercados, especialmente los turísticos; sin embargo, su trabajo sigue siendo una joya cultural en la región.
Este fue otro de los sectores olvidados en el gobierno de López Obrador, y parece que la realidad es que el artesano tiene que ser pobre, vivir de la caridad, de los programas sociales y de la limosna que le da el Estado, tal y como les gusta a los de la 4T.