LA MUERTE DE LA DEMOCRACIA
Solo les bastaron unas cuantas horas a la borregada de Morena y sus aliados, para destruir la incipiente democracia mexicana y dirigirla hacia una dictadura de partido como las vividas en la desaparecida Unión Soviética, Cuba o Venezuela, donde no existen, como en México a partir de hoy, poderes independientes, ya que todos estarán supeditados al deseo del Poder Presidencial.
En medio de protestas, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma judicial propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador desde el pasado 05 de febrero.
La presentación de 610 reservas al dictamen duró más de 12 horas, es decir, comenzó a las 16:00 horas y concluyó a las 4:20 de esta madrugada.
El proyecto quedó avalado por 359 votos a favor por parte de Morena, PT y PVEM, así como 135 sufragios en contra del PRI, PAN y MC.
En el debate, los morenistas aseguraron que no engañaron a nadie, pues desde las campañas previo a la elección del 02 de junio, prometieron a la ciudadanía que si les daban mayoría avalarían las reformas constitucionales del primer mandatario.
En contraste, la oposición denunció una reforma mal hecha, producto de la venganza contra un poder que no sucumbió ante el Ejecutivo.
La sesión inició a las 16:10 horas, pero se decretó un receso luego de que el diputado panista, Elías Lixa, solicitó más tiempo porque los diputados de ese partido tenían dificultad para ingresar, toda vez que todos los accesos del deportivo Magdalena Mixhuca fueron cerrados para evitar el ingreso de manifestantes.
Una vez consumada la muerte a la democracia mexicana, de inmediato, las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos del Senado, citaron a sesión para el próximo domingo para dictaminar la minuta de la reforma al Poder Judicial, que recibió esta mañana el Senado.
Con esa rapidez para cambiar la Constitución, deberían resolver los cientos de pendientes que deja el aún presidente, este teatro, es solo una probadita de lo que son capaces los de la 4T que preparan, desde ahora, su larga estancia en el poder, pobre México.