EL REGRESO DE TRUMP
Con el triunfo electoral de Donal Trump, México sentirá el primer impacto de su segundo período presidencial, que promete ser más radical y atrevido que el anterior; es muy seguro que se producirá un deterioro inicial en la relación entre los vecinos y un impacto sobre el peso mexicano que ya comenzó.
Según especialistas y politólogos, México deberá maniobrar con cuidado, deberá negociar y suavizar la relación ahora que Trump regresa a la Casa Blanca, porque sus baterías están centradas en temas torales que involucran a México, como son el impacto comercial, la migración, y la seguridad y tráfico de drogas.
La retórica de la campaña de Trump, basada en: implementar aranceles del 200 por ciento a los autos procedentes de México y 25 por ciento a otros productos; las posibles deportaciones masivas y acciones militares frente a los cárteles de la droga, colocan a la presidenta Sheinbaum en una posición difícil y vulnerable.
Y aseguramos lo anterior, porque ¿qué haría Claudia Sheinbaum si Trump deportara a los 10 millones de inmigrantes que desea expulsar de su país, vía México? ¿Cómo evitaría Claudia que México sea multado por incumplimiento o hasta expulsado del tratado comercial T-MEC que Trump pretende promover? ¿Cómo respondería la presidenta Sheinbaum ante una incursión militar unilateral por parte de Estados Unidos contra los cárteles en territorio mexicano?
Pero según los analistas, a largo plazo México puede generar cierta influencia, si atiende lo requerido por Trump particularmente en materia de migración, que podría ayudar a diluir algunas promesas de Trump en áreas como comercio y seguridad.
Para ello, la mandataria mexicana deberá aplicar la ley en materia de migración, especialmente en la frontera sur, y detener las constantes caravanas de migrantes que se organizan y entran a territorio nacional sin ninguna restricción ni requisito.
En el plano comercial, México deberá defenderse de las nuevas reglas que impondrá el proteccionismo de Trump y en su defensa, debe apoyarse en las empresas estadunidenses, muchas de las cuales se benefician significativamente del trato comercial de Norteamérica para evitar aumentos arancelarios.
El T-Mec será revisado en 2026 y esas conversaciones serán un momento clave en la relación entre Sheinbaum y Trump.
Pero el tema de la seguridad, es el más delicado de todos, por las implicaciones políticas, sociales y comerciales que podría ocasionar.
Por ejemplo, una incursión de soldados estadunidenses a suelo mexicano sin autorización del gobierno de Sheinbaum, para detener a los capos del narcotráfico, dañaría políticamente la relación bilateral.
La presidenta Sheinbaum ¿estaría dispuesta a combatir y detener a los capos, antes de que algo así ocurra?
Hay que entender que el nuevo gobierno de Trump nos está viendo ya, no como su principal socio comercial, sino como una amenaza.
Tiempos difíciles se aproximan para la presidenta Sheinbaum y para México, porque Trump, está de vuelta….