KEN VS AMLO
Un verdadero tsunami político se avecina a México con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero próximo; los enterados advierten que el expresidente Andrés Manuel López Obrador sufre de insomnio, está muy preocupado por lo que pueda ocurrirle a la 4T, cuando se conozcan los presuntos nexos de su gobierno con el crimen organizado.
Las recientes declaraciones del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, sobre la negativa del exmandatario de aceptar ayuda de Estados Unidos para combatir a los cárteles y desdeñar 32 millones de dólares en ayuda para ese fin, por cuestiones ideológicas, demuestran una vez más el desprecio del tabasqueño por las instituciones y cómo abuso del poder para cobrarse venganzas políticas, afectando la vida democrática de México.
Ken Salazar aseguro que la política de abrazos y no balazos fue un fracaso rotundo y reconoció que el mayor problema que enfrenta nuestro país, es la inseguridad.
El que antes se decía amigo de AMLO, que realizaba visitas frecuentes a Palacio Nacional, y que fue un interlocutor cercano al expresidente, ahora lo fustiga y pide a la presidenta Claudia Sheinbaum que deje de culpar al pasado de la violencia que azota al país.
Reveló que las cifras que el gobierno da al pueblo no están basadas en la realidad, la realidad, dijo, es que nadie vive en seguridad en México. No se puede negar la realidad, concluyó.
Hace unos momentos el gobierno de Estados Unidos respaldó las declaraciones de su embajador. En rueda de prensa, el vocero del Departamento de Estado, Vedant Patel, fue cuestionado sobre los dichos del miércoles de Salazar.
“El embajador Salazar fue muy claro en que todavía hay trabajo por hacer, trabajo importante, dijo. La cooperación en materia de seguridad entre EU y México sigue siendo una prioridad de seguridad nacional para nosotros”.
Como la presidenta y su partido son muy sensibles a las críticas ahora que están empoderados, de inmediato la Cancillería Mexicana envió una protesta formal al gobierno estadunidense.
A través de una nota diplomática y por instrucciones de la presidenta, se envió una carta a la Embajada de Estados Unidos, en la que el gobierno mexicano expresa su extrañamiento por los dichos de embajador.
Y es que, la presidenta y su partido odian oír la verdad, además no quiere que toquen, ni con el pétalo de una rosa al expresidente López Obrador, como buena padawan, le estará eternamente agradecida y será fiel instrumento para cumplir sus deseos.
La verdad, es que no saben los que se espera a partir de enero próximo, cuando Donald Trump asuma la presidencia, rodeado de un equipo de colaboradores que ya no ven a México como un socio comercial, sino como una amenaza, y que han insistido desde hace tiempo que el expresidente mexicano tuvo presuntos nexos con los cárteles de la droga y que llegó la hora de afrontar las consecuencias.
Tal vez López Obrador no solo se quedará en La Chingada, sino que pude irse más allá.