SÁLVESE QUIEN PUEDA
Lo ocurrido el día de ayer domingo por la mañana, donde fueron baleados cinco personas en las canchas de Policía y Tránsito, ubicadas a unos cuantos metros de la Fiscalía General del Estado y de las instalaciones de Policía y Tránsito, demuestra que los criminales actúan con total impunidad a cualquier hora, en cualquier lugar y sin importarles la vida de niños, adolescentes o personas mayores.
De acuerdo con autoridades policiales, en la cancha 15 de las citadas instalaciones se disputaba un encuentro deportivo entre los equipos Estudiantes de Morelos y Mariscos El Chack, cuando en determinado momento llegaron unos sujetos armados, quienes abrieron fuego contra algunos de los jugadores.
Fueron cinco las personas lesionadas, entre ellos un adolescente quien sufrió un impacto de proyectil en la cabeza y cuya salud es delicada, fueron trasladados a distintos nosocomios, donde reciben atención médica.
Tras un despliegue operativo llevado a cabo por autoridades estatales, cerca del lugar se logró ubicar el vehículo utilizado durante el ataque, por lo que fue asegurado.
Con este incidente, sigue acumulándose casos de violencia en Morelia, que se han incrementado notablemente en las últimas semanas, lo que se ha resentido en una menos afluencia a restaurantes, bares, y comercios en la capital, especialmente por las noches.
Por si fuera poco, la policía Morelia está metida en un nuevo escándalo de abuso de poder, robo e intimidación y amenazas a un joven estudiante.
La escalada de violencia se atribuye a la falta de coordinación entre las tres instancias de gobierno, destacando el conflicto político entre el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y el presidente Municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, que se refleja en la falta de atención por parte del gobierno federal y de ambas instancias para combatir a la delincuencia que está, verdaderamente desatada en la entidad.
La ciudadanía, indefensa, acude cada vez menos a eventos culturales, deportivos y evita, en lo posible, caminar por las calles de la capital para no ser víctima de algún delito.
Hasta cuándo vamos a soportar la inacción de las autoridades en el combate a la delincuencia, ¿acaso habrá que esperar a que sea alguno de nuestra familia la próxima víctima?.
Porque nos queda claro que, para las autoridades locales, su seguridad y la de su familia es lo que menos importa.
Así que, sálvese el que pueda.