BRAVOS LOS MORENOS
Los morenos andan bravos.
La soberbia es la conducta que caracteriza a los morenistas, la actitud de muchos de ellos ha revelado su verdadero postulado político, hacer negocios bajo el amparo del poder, lo que ha ocasionado verdaderos enfrentamientos con el pueblo que los eligió.
Ahí está el caso del ridículo y protagónico presidente del senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, y su interpretación de la austeridad franciscana a la que deben someterse los funcionarios de la 4T, volando en primera clase a Francia, para pronunciar una letanía ante un auditorio vació; o su enfrentamiento con las Madres Buscadoras.
Pero el que de plano se quitó la máscara, fue el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, quien actuó como todo un delincuente al amparo del poder.
El morenista le exigió al Grupo Proyecta la donación de dos hectáreas en Lomas de Angelópolis para la construcción de viviendas en favor de los policías del estado.
El mandatario estatal señaló que, por años, Grupo Proyecta se ha beneficiado con la extracción de recursos naturales, por ello, es momento de beneficiar a los poblanos, realizando la donación de predios.
Indicó que la inmobiliaria tiene 30 días para darle una respuesta al gobierno, de lo contrario, iniciará un proceso de expropiación de cuatro hectáreas.
Luego de advertir a la inmobiliaria que si no cede las tierras en la zona de San Andrés Cholula podrían ser producto de una expropiación, el mandatario reprochó la actitud de los empresarios que lejos de buscar el bien común de la sociedad, intentan beneficiarse a costa del despojo a campesinos y ejidatarios.
Recordó que antes de comenzar su mandato, en diciembre de 2024, se acercó a Grupo Proyecta para negociar la cesión de tierras para edificar viviendas a favor de los cuerpos de seguridad. Sin embargo, recibió una respuesta negativa.
Bajo dicho escenario, defendió la posible expropiación de tierras, pues no sólo es un procedimiento considerado en la ley, sino también porque la inmobiliaria las obtuvo de manera irregular pagando lo mínimo, mientras que hoy las vende en millones.
Aunque la medida está contemplada en la ley, la amenaza fue más un cobro de piso descarado, público y desvergonzado, al puro estilo dictatorial al que, en adelante, habrá que acostumbrarnos.
