LA PESADILLA EN ACAPULCO APENAS COMIENZA
Ante la crisis que se vive por la devastación ocasionada por el Huracán Otis que destruyó literalmente gran parte de la infraestructura turística, portuaria y carretera del puerto de Acapulco, el Gobierno Federal se encuentra totalmente rebasado ante la desgracia que afecta a más de un millón de personas en el balneario más famoso de México.
El reporte preliminar de los daños arroja 27 personas fallecidas y 3 desaparecidas hasta el momento, cifra que seguramente aumentará con el paso de las horas al iniciarse las labores de limpieza y evaluación de los daños.
El problema es que existió tardanza por parte de las autoridades de los tres órdenes de gobierno en darse cuenta de la magnitud del fenómeno meteorológico, el cual era monitoreado acuciosamente hasta por el propio presidente López Obrador, según la foto publicitada por la Presidencia de la República y que apareció en todos los medios de comunicación, la cual resultó una pifia.
Es verdaderamente incompresible que, si conocían que el huracán se dirigía hacia Acapulco como categoría 2, no se hubieran tomado las acciones de Protección Civil necesarias para que los acapulqueños, turistas, hoteleros y comerciantes pudieran protegerse, y cuando el fenómeno entró golpeando al puerto ya como categoría cinco, era demasiado tarde, Acapulco quedo totalmente incomunicado.
La visita relámpago que efectuó este día el presidente López Obrador, más que ser muestra de solidaridad y compromiso con los afectados, dio pena, ya que se convirtió en la oportunidad ideal para lucrar con el dolor y desesperación de los guerrerenses, al destacar fotografías del mandatario atascado en el lodo, primero en la camioneta oficial y luego en un camión militar, lo cual resulta vergonzoso.
Pero la verdadera pesadilla de Acapulco apenas comienza, toda vez que ya no existe un fondo para atender los desastres naturales, el FONDEN que existía para estos casos, fue eliminado por el presidente en el 2021 y sus recursos destinados a las obras insignes del gobierno de la 4T.
Sería muy aventurado definir una cifra de lo que costará la reconstrucción del Puerto de Acapulco, donde los pobres de la zona serán los últimos en recibir algún tipo de ayuda, como siempre sucede en estos desastres.
Ahora el gobierno tendrá que hacer malabares financieros para la reconstrucción del Puerto de Acapulco, símbolo mundial de las bellezas naturales de México, que hoy se encuentra devastado y con un futuro incierto.
