EL VIRAJE ARGENTINO
El apabullante triunfo del ultraderechista Miguel Milei en Argentina, es un aviso de advertencia para los gobiernos populistas del continente.
El resultado asombró al mundo y cimbró a Latinoamérica, por la decisión de los argentinos de dar un viraje de 360 grados a la conducción política de su país, que lleva décadas con problemas económicos provocados principalmente por la conocida corrupción existente en las altas esferas del poder público.
Y afirmo que cimbró a los países Latinoamericanos, que están contagiados por la moda de gobiernos populistas como es el caso de Colombia, Brasil, Bolivia, Nicaragua y México, donde los socialistas disfrazados de humanistas, no son otra cosa que entes oportunistas que, sin importar el método, buscan la manera de perpetuarse en el poder a través de conformar un estado dirigido por un “líder moral popular” que finamente se convierte en dictador, el caso Argentina parece indicar que esos gobiernos tienen sus días contados.
Pero en Argentina, el hartazgo del oficialismo y el discurso de que el gobierno privatizará todas las empresas públicas, entre las que destaca la petrolera de mayoría estatal YPF y los medios públicos de comunicación como la radio y la televisión finalmente inclinó la balanza en favor Milei.
Enemigo ideológico de López Obrador, Milei ha criticado abiertamente la política populista de México y pese a ello, al presidente no le quedó otra más que felicitarlo a través de la Cancillería, pero es del dominio público su rechazo al polémico personaje y por supuesto, el intercambio de insultos entre Milei y López Obrador no se ha hecho esperar.
No obstante, el presidente aseguró que no romperá relaciones con Argentina, pero instruyó a su padawan Claudia Sheinbaum abriera fuego en su contra y hoy la candidata morenista se fue con todo contra Milei al afirmar que Argentina regresó al neoliberalismo más extremo.
La aspirante presidencial descartó cualquier posibilidad de que el neoliberalismo regrese a América Latina y mucho menos en nuestro país, ya que el presidente ha hecho, según dijo, un muy buen trabajo y el pueblo está con él.
Que preocupante que la exjefa de gobierno esté comprando broncas ajenas, sólo por cumplir las instrucciones de su maestro y jefe de campaña que, desde los oscuros rincones de su Palacio, arroja la piedra y esconde la mano.
Habrá que preguntarse si la política exterior de México en la próxima administración de ganar la Dra. Sheinbaum, será intervencionista, de confrontación y descalificación como la de su maestro, todo parece indicar que así será.