LA NUEVA ESTRATEGIA DE EUA
A solo unos días de que el presidente López Obrador se entrevistara con su homólogo estadunidense Joe Biden, elementos del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional detuvieron en Culiacán, Sinaloa, a Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”, jefe de seguridad y operador de “Los Chapitos”.
Lo mismo sucedió a principios del presente año, cuando elementos de SEDENA detuvieron a uno de Los Chapitos, a Ovidio Guzmán López, días antes, el presidente mexicano se había reunido con Biden.
Todo parece indicar que, en los encuentros entre ambos mandatarios hay información confidencial que no es manejada de manera pública, pero existe la certeza de que Biden en los dos casos, entregó a López Obrador la ubicación de los delincuentes, exigiendo de manera diplomática su detención y extradición hacia los Estados Unidos.
En el caso de El Nini, la Fiscalía General de la República cumplimentó una orden de detención provisional con fines de extradición durante la audiencia que se llevó a cabo en el Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte. El gobierno de Estados Unidos lo reclama para juzgarlo por delitos de conspiración para importar y distribuir fentanilo.
La lentitud y falta de voluntad política del gobierno de López Obrador en detener y combatir a los líderes de los grupos criminales, ha obligado a la Casa Blanca a replantear la manera de exigirle que contribuya a detener el tráfico de fentanilo hacia su país.
El tema fentanilo, es crucial en las intenciones de reelección de Joe Biden el año entrante, dado que el Congreso y los ciudadanos exigen se detenga la entrada de la droga sintética que ha matado a más de 150 mil estadunidenses en los últimos dos años.
Por ello el presidente Biden agradeció a López Obrador la captura de El Nini y lo felicitó por su gran cooperación para llevar ante la justicia a los traficantes del fentanilo. Por su captura, la Administración para el Control de Drogas (DEA) ofrecía una recompensa de 3 millones de dólares.
Ante la velada “recomendación”, a López Obrador no le quedó de otra más que detenerlo, porque de sus ganas hubiera continuado buscando pretextos para no encontrarlo.