EXTORSIÓN SIN CONTROL
La extorsión en México está fuera de control, los grupos criminales actúan en total impunidad y ya no solo extorsionan a las grandes cadenas comerciales, pues la intimidación a locatarios ya alcanzó hasta a los más incipientes empleadores, al grado de que han fijado cuota de 20 por ciento a pequeños negocios.
Esta práctica ilegal no se limita a ciertos estados, está en todo el país, y aunque la forma de extorsión varia, generalmente son a través del cobro de cuotas, controlar precios, acaparar productos y permitir la venta de droga en negocios.
Investigaciones periodísticas reportan que las entidades que más padecen el delito de la extorsión, son Guerrero, Jalisco, Zacatecas, Estado Ciudad de México y Michoacán.
En estas entidades federativas, semana a semana negocios como carnicerías, heladerías, pollerías, panaderías, tiendas, purificadoras de agua, barberías, estéticas, tienditas de abarrotes y hasta vendedores de tostadas con cuerito, son amenazados y deben pagar el 20 por ciento de sus ganancias para poder seguir vendiendo.
En Michoacán, se extorsiona cualquier tipo de negocio, al grado que el grupo criminal de Los Viagras controlan la venta de medicamentos en los municipios de Apatzingán y Buenavista, así como la producción de limón, blue berry y demás productos agrícolas.
En Taxco, Guerrero, los comerciantes denuncian que la venta de cerveza está bajo control de los antisociales, quienes la distribuyen y ponen el precio.
En las comunidades de San Miguel Totolapan y Heliodoro Castillo, en la sierra de Guerrero, la Familia Michoacana les cobran un impuesto a los pobladores por habitar en sus casas, inmuebles que ellos mismos construyeron.
En Jalisco, dueños de bares y antros han tenido que aceptar el narcomenudeo en sus negocios, realizado por integrantes de las células criminales que son impuestos como meseros.
En el Estado de México, los salones de belleza y las barberías son extorsionados con una cuota mensual, pero si los delincuentes los visitan, se llevan además el dinero generado en el día. Que decir de las pollerías y las granjas de producción.
Y en la Ciudad de México, tienditas y hasta vendedores de tacos y tostadas deben pagar el cobro de piso para poder vender libremente.
El fenómeno ha crecido a tal grado que las autoridades ya no pueden controlarlo, al no combatirlo desde hace décadas, la extorsión se ha vuelto el delito más recurrente en México y no hay vistas de que los candidatos presidenciales tengan una estrategia efectiva para combatirlo.
¿Quién los va a detener? es la pregunta.
