Última parte
“Para tener ciudadanos activos
¿no es necesario tener ideales?”
Norberto Bobbio
En la entrega anterior, destacamos que el corazón de los Sistemas Anticorrupción pertenece a los ciudadanos a través de los Comités de Participación Ciudadana (CPC) y que éstos se encargarán de dar seguimiento a las denuncias por actos de corrupción, más no de aplicar las sanciones correspondientes.
Además de ello, en Michoacán los ciudadanos que formamos parte del Sistema Estatal Anticorrupción debermos elaborar un diagnóstico sobre el fenómeno (o cultura) de la corrupción.
Si bien existen metodologías e indicadores ya elaborados por agencias internacionales que nos ofrecen un vistazo al problema; éste es tan multidimensional y tan multifacético que es necesario “tropicalizar” las formas de medirlo para acabar con él con tiros de precisión.
A largo plazo, el Comité de Participación Ciudadana pretende seguir la tendencia internacional y transitar de los indicadores de percepción a los indicadores de experiencia porque no es lo mismo decir “me parece que…” a decir “me pasó..”
Se podrían diseñar, por ejemplo, encuestas sobre la prestación de servicios gubernamentales, usar la figura de usuarios simulados y, a través de ello, obtener mayor información sobre las debilidades que permiten que ocurran los actos de corrupción.
Por otro lado y, a mi parecer, el mayor reto será generar políticas públicas de prevención. María Amparo Casar en su texto “Anatomía de la Corrupción” señala que ésta “alcanza el nivel de norma social” y “tiene una dimensión personal (o individual), institucional y cultural”.
En ese sentido, será necesario, entre otras cosas, fomentar la cultura de la legalidad atendiendo a la dimensión individual y cultural; .procurar una reestructura de la administración pública a través de la mejora regulatoria y la profesionalización del servicio público, atendiendo a la dimensión institucional y potenciar la transparencia y el acceso a la información para conocer los procedimientos, tiempos, leyes y reglamentos que los sustentan los trámites y servicios que se ofrecen.
La labor que debe emprender el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción parece sencilla, incluso innecesaria; pero el acompañamiento ciudadano se ha convertido en la piedra angular del Sistema y sus resultados.
En el deber ser, el Sistema Estatal Anticorrupción no debería existir; sin embargo, el fenómeno ha echado raíces tan profundas que requiere del esfuerzo de todos para acabar con las malas prácticas que atentan contra el bien público.