Personal del Departamento de Atención Médica Psicológica de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV) ha atendido durante el primer semestre del año a 149 personas durante 592 sesiones quienes han acudido a este organismo a causa de diferentes delitos, entre los que se encuentran violencia familiar, feminicidios, secuestro, entre otros.
Actualmente el personal de psicología ofrece terapia a seis grupos de personas que tienen problemáticas similares, que se dividen en duelo, violencia familiar y abuso sexual, diferenciados en adultos y niños.
En el caso de abuso sexual se ofrece a los adultos psicoeducación para los familiares de las víctimas y terapia individual para quienes así lo requieran ante la dificultad de compartir esta experiencia traumática.
Entre las afecciones más comunes que presentan las personas a causa de los hechos victimizantes se encuentran ansiedad, irritabilidad, cambios de humor, depresión, cambio en los hábitos de sueño y alimentación así como aislamiento.
Según estadísticas de esta instancia, 38 por ciento de las víctimas atendidas tienen como característica común encontrarse en un proceso de duelo; 36 por ciento acuden por violencia familiar y 26 por ciento por abuso sexual.
Asimismo, se ha atendido en forma individualizada a víctimas de otros delitos, como es el caso de secuestro, desaparición, tortura o robo de manera violenta, en donde las víctimas sufren secuelas por haber sido amenazadas con armas de fuego o por haber perdido a alguno de sus familiares por esos hechos.
Las terapias individuales tienen una duración de 50 minutos mientras que las grupales suelen realizarse durante hora y media. En ambos casos se llevan a cabo en forma continua cada semana aproximadamente.
Actualmente en la CEEAV se aplica el modelo de terapia breve en crisis, el cual consiste en realizar entre seis a ocho sesiones por persona, a excepción de los casos de violencia familiar y feminicidio, en los que se llevan a cabo doce sesiones.
Se trata de terapia breve en la que se busca la recuperación de las personas víctimas de delito para que puedan tener la tranquilidad necesaria para llevar a cabo un proceso legal o para poder enfrentar estos hechos y retomar su vida. Esta terapia puede ser complementada con una atención psicológica posterior más profunda.