La propuesta del Gobernador Alfredo Ramírez Bedolla presentada ante el Congreso del Estado para que las kuarichas, rondas y guardias comunales fueran reconocidas como cuerpos de seguridad, fue aprobada por unanimidad de los 29 diputados presentes en la sesión celebrada el día de hoy.
Estos grupos se encargarán de la seguridad de sus comunidades, las cuales han optado por la autonomía y el ejercicio directo de su presupuesto, para ello, recibirán armamento proporcionado por el gobierno estatal, mismo que brindará la capacitación, supervisión y certificación a sus integrantes.
El propio mandatario michoacano, celebró la decisión del Congreso de legalizar a las Guardias Comunales a favor de los derechos indígenas y del pleno ejercicio de su autonomía, cumpliendo así con una demanda añeja de las comunidades y hasta hoy es una realidad.
Michoacán avanza hacia una transformación donde hay espacios para la multiculturalidad y el respeto hacia los derechos de los pueblos indígenas en todos los ámbitos, afirmo el mandatario.
Indicó que estos grupos, seguirán los lineamientos establecidos en la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la Ley Estatal de Seguridad Pública, con lo que se promoverá su profesionalización, capacitación y certificación.
Para el diputado local de Morena, Juan Carlos Barragán, las guardias comunitarias no es un cheque en blanco a las comunidades indígenas, ya que tendrán que adecuarse a la normatividad vigente y en apego a los derechos humanos.
Refirió que no se trata de legalizar la portación de armas sino reconocer los derechos de los pueblos indígenas, recordó que solo podrán acceder a este derecho las localidades con autogobiernos reconocidos.
Esperamos sinceramente que las adecuaciones legales que se están realizando para que las comunidades indígenas tengan sus propios elementos de seguridad funcione y no se desvirtúen como en el pasado.
Y no es por ser pesimista, pero existe el mal antecedente de los grupos de autodefensas que fueron armados por los gobiernos federal y estatal en el 2014 y que terminaron siendo infiltrados por el crimen organizado, convirtiéndose casi en su mayoría en sicarios al servicio de los cárteles.
Ojalá las Guardias Comunitarias no caigan en las garras de los grupos criminales porque lo que hoy parece ser una merecida reivindicación para las comunidades indígenas, se podría convertir en una verdadera tragedia.