México es un país muy peligroso para hacer activismo, alzar la voz en defensa de la ecología, de los Derechos Humanos o cualquier otra causa, puede convertirse en una condena de muerte.
Para confirmar el dicho, la organización internacional Front Line Defenders aseguró que durante 2021 se asesinaron en México a 42 activistas o defensores ambientales.
Aseguran que las agresiones provienen de los grupos criminales, de empresas privadas, de funcionarios locales y de distintas voces del gobierno federal que buscan callar las denuncias ciudadanas.
La impunidad que reina en el país ha provocado que se intensifiquen los homicidios contra ellos; en 2021 se asesinaron a 42 activistas, el doble que en 2019.
Otro grupo que también da seguimiento a este fenómeno es el Centro Mexicano de Derecho Ambiental alertando que 2021 fue el año más violento para los defensores ambientales.
Y 2022 se observa peor, solo en los primeros tres meses del presente año han sido abatidos seis activistas.
Datos publicados por el grupo Global Witness aseguran que Michoacán ocupa segundo lugar en el país con el mayor número de ejecuciones de estas personas, solo detrás de Oaxaca; 23 asesinatos en Oaxaca y 11 en Michoacán, además los estados de Chiapas, Chihuahua y Guerrero se encuentran con 9 casos cada uno.
Se revela que a las industrias vinculadas con los asesinatos de activistas, son principalmente del giro minero, caza furtiva, explotación forestal, aguas y represas, agroindustria, carreteras e infraestructura y energía eólica.
El perfil de los activistas asesinados es coincidente, se trata de personas que defienden la tierra y el medio ambiente a través de acciones pacíficas, denuncian la explotación injusta, discriminatoria, corrupta o dañina de los recursos naturales.
Así que si usted conoce a alguien que sea activista y se preocupa y ocupa de cuidar y preservar el medio ambiente para las futuras generaciones, avísele que en México correrá grave peligro.