EL CHANTAJE NORMALISTA
Una vez más, los desmanes normalistas hacen ver mal, muy mal al gobierno estatal; su ilegal actitud, además de afectar a la ciudadanía, ha terminado por enfrentar a los empresarios de las líneas de autobuses de pasajeros con la autoridad.
El lamentable accidente donde resultó lesionado un joven normalista al realizar acciones de boteo en plena autopista Morelia-Pátzcuaro, está exhibiendo la incapacidad del gobierno estatal por poner orden y aplicar la ley.
El incidente es utilizado por los seudoestudiantes como pretexto para exigir a la empresa de transporte de pasajeros a responder por la atención médica del joven y de paso demandar solución a sus peticiones de plazas y pagos atrasados, por lo que han radicalizado sus bloqueos, despojo de camiones en forma violenta y quema de unidades.
Como respuesta, el gobierno del Estado, que busca ser mediador en el conflicto, está inclinando la balanza hacia los normalistas, haciendo parecer como responsable del accidente al chofer de la unidad, exigiendo también que la empresa pague los gastos médicos del joven, no obstante que lo que hacía ponía en riesgo su integridad por estar boteando en plena autopista.
Y no solo eso, también se anunció que aumentarán los recursos para las becas alimentarias para los muchachitos que no se cansan de violar impunemente los derechos de la sociedad sin que la autoridad haga nada al respecto, lo cual es visto por la sociedad como una verdadera burla.
De entrada, el delegado de la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasajeros y Turismo, Arcadio Méndez, anunció que la empresa Purhépechas no se hará responsable de la atención médica del normalista, pues aseguran que el conductor de la unidad no fue el responsable del incidente, como se pretende acusar.
Por otro lado, si bien es cierto que las becas alimentarias de los estudiantes en las Escuelas Normales del Estado es muy baja, de 62 pesos diarios y que por justicia deberían recibir más, el incremento a 100 pesos anunciado por el gobernador, no fue bien visto por la sociedad pues lo ven como un chantaje por parte de los estudiantes a cambio de no realizar movilizaciones.
El anuncio del aumento se hizo en el peor momento porque la ciudadanía lo tomó como debilidad gubernamental pues opinan que en lugar de aplica la ley siguen otorgándoles concesiones y hasta reconocimientos.