FRACASO A LA VISTA
Al iniciar hoy el quinto año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, hay que hacer un balance objetivo de su gobierno, la realidad es que no estamos tan bien como dicen las autoridades y que muchas de las promesas presidenciales no han sido cumplidas ni se cumplirán.
En algunos rubros como seguridad, educación, salud, combate a la corrupción y combate a la pobreza, entre otros, el saldo es negativo, incluso con serios retrocesos, como el caso de la Seguridad Pública y la atención a la Salud.
Para empezar, el recorte a los programas sociales en los que afectó a familias y madres de familia, ha sido un duro golpe del que no se ha podido reponer el país y que las mujeres mexicanas sufren día con día.
Sin estancias infantiles, escuelas de tiempo completo, sin refugios, con aumento de feminicidios, el panorama no podría ser peor. Por ello son legítimos los reclamos y manifestaciones que se efectúan en diversas partes del país. López Obrador los ha visto como una afrenta a su gobierno.
En materia de salud, la situación no podría ser más desastrosa. México fue uno de los países que peor afrontó la pandemia; con más de 600 mil muertos, México se ubica entre los tres primeros países con más decesos por el virus.
Las condiciones insuficientes de infraestructura y de insumos para nuestros médicos, así como el uso político electoral que se le dio a la aplicación de la vacuna anticovid, habla muy mal del gobierno por su poca acertividad con la ciudadanía.
En materia de seguridad ni se diga, la administración morenista ya hizo historia, el número de homicidios que se registra hasta ahora es el más elevado en la historia del país. Los cuestionamientos surgen de la indolencia ante crímenes atroces y que son tema de todos los días en la sociedad, pero asunto olvidado para el presidente.
En materia de lucha contra la corrupción, uno de los temas favoritos del tabasqueño, López Obrador entra a la recta final de su mandato sin que hasta el momento ninguno de los “peces gordos” detenidos, haya sido sentenciado.
La corrupción de familiares y allegados ha sido plenamente documentada, pero las autoridades encargadas de investigarlas han actuado con total parcialidad.
La propia Auditoria Superior de la Federación ha presentado denuncias contra funcionarios de dependencias, como la Comisión Federal de Electricidad, Liconsa, Segalmex y muchas otras por innumerables irregularidades financieras.
Los daños a la Hacienda pública este 2022 ascenderán a más de 60 mil millones de pesos, según cifras de la misma Auditoria Superior, la mayoría de los involucrados llevan sus procesos judiciales en libertad.
Y en materia educativa, la situación es caótica, la Secretaría de Educación Pública ha sido utilizada como trampolín para premiar o promover a sus más cercanos colaboradores.
Mientras, los planes de estudio, la investigación científica y hasta las actividades cívicas y deportivas se encuentran en el olvido o en manos de funcionarios que poco entienden del proceso de enseñanza-aprendizaje que requieren los niños y jóvenes mexicanos.
Lo anterior es solo una muestra del desastroso panorama en que se encuentra el país, el fracaso está a la vista… pero lo rescatable es, que ya falta menos.