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miércoles, noviembre 27, 2024

TRABALENGUAS

ricardo saldana sGANAR UNA BATALLA NO ES GANAR LA GUERRA

 

Tras poco más de tres años, por fin la pandemia del COVID-19 llegó a su fin, dejando una estela de muerte y destrucción de miles de negocios y empleos en todo el mundo, secuelas que tardaremos décadas en restituir, pero además ocasionó la aparición de la “nueva normalidad”, a la que debemos acostumbrarnos los sobrevivientes a este apocalíptico suceso.

El Covid-19 le quitó la vida a unos 20 millones de personas alrededor del planeta y al menos 765 millones de personas fueron afectadas o sufren secuelas.

En el caso de México, según las cifras del Gobierno, se registraron 333 mil 913 defunciones por Covid-19 en los últimos 3 años; muchas de ellas complicadas por comorbilidades. Organismos no gubernamentales afirman que la cifra reportada por el gobierno mexicano está muy por debajo de la realidad, la cual podría ser tres veces más.

Pero pese a todo lo ocurrido durante los tiempos de luchar contra el bicho, el virus que nos confinó al encierro, que nos separó de nuestros seres queridos, incluso en algunos casos para siempre, nos dejó diversas enseñanzas y nos obligó a modificar hábitos, unos para bien y otros no tanto.

La crisis sanitaria obligó a las personas a adoptar hábitos de cuidado personal como el uso permanente del tapabocas, el lavado constante de manos, el uso de gel antibacterial y el distanciamiento social para alejarse de la posibilidad de contagio. Pese a que en un principio pudieron ser incómodos, el autocuidado habitual trajo con sigo aspectos positivos.

Sobre la nueva conciencia y las enseñanzas que ha dejado el covid-19 se refirió la doctora Sandra Viviana Muñoz Rodríguez, epidemióloga de Medicina Coomeva, quien resaltó el aumento del servicio de teleconsultas, los cuidados en casa y el uso más racional de los servicios de salud.

Además de la vacunación, dijo, la enfermedad dejó algunas enseñanzas para el sector salud y la población mundial, generó una conciencia colectiva que trajo a la cotidianidad medidas básicas como el lavado constante de manos, cubrirse al estornudar y el aislamiento al presentar síntomas de gripe.

“Tener esos cuidados para no contagiar a otros son medidas que la pandemia nos ha reforzado. Aun cuando últimamente las medidas ya se habían relajado, las personas tienen una predisposición a mantenerlas, ya no por cuenta del covid-19 sino para otras enfermedades que también podemos transmitir”, aseguró la experta.

En Michoacán, a la fecha el estado acumuló 8 mil 794 defunciones y 220 mil 949 casos confirmados. De hecho en las últimas 24 horas, se registró una muerte más en la entidad atribuida al Covid-19 y 35 nuevos contagios.

Éste tiempo en el que se ha vivido con el coronavirus, ha motivado a la gente a vivir de manera más sana, ya que la salud física es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía desde que se decretó la pandemia.

El Coronavirus también aceleró la investigación tecnológica y médica con la aparición de plataformas y procesos que lograron un equilibrio entre la atención presencial y la digital, modificando también el proceso de la enseñanza y las reuniones de trabajo para siempre.

No hay duda que a todos nos afectó de una u otra manera, pero lo que quedó claro es la reflexión de que la vida es muy corta e impredecible, por lo que hay que vivir con intensidad cada día, dando lo mejor de nosotros y de paso, ayudando a los demás.

El virus nos obligó a ser más reflexivos, cuidar más nuestro entorno y nuestra salud, tener una vida más sana y ser más selectivo con nuestras relaciones interpersonales.

Vaya batalla que hemos ganado los sobrevivientes de ésta pesadilla, desafortunadamente ganar una batalla, no es ganar la guerra.

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