Tras 34 días de la invasión rusa a Ucrania que ha puesto a prueba la comunidad internacional, ambos países reiniciaron negociaciones en Turquía en busca de acuerdos que permitan detener la escalada de Moscú en las provincias ucranianas.
No se sabe el lugar exacto donde coincidirán, lo que sí se sabe es que se considera la reunión más importante que han tenido ambos países, tras el fracaso de la última el pasado 10 de marzo donde no hubo acuerdos; este es la primer reunión cara a cara de funcionarios del más alto nivel entre ambos países.
Los primeros informes del encuentro mencionan que Rusia acordó reducir su actividad militar en las ciudades ucranianas de Kiev y Chernigov, pero el alto al fuego aún no se ha acordado.
Las negociaciones se dan en momentos claves para el gobierno de Ucrania, que ha podido resistir y contener la embestida rusa gracias a los miles de ciudadanos, hombres y mujeres que se han unido al ejército croata para combatir a los rusos. También se han sumado cientos de mercenarios, paramilitares y espontáneos que decidieron apoyarlos.
El éxito de la defensiva ucraniana también se debe al inmenso apoyo militar que está recibiendo de los países miembros de la OTAN, especialmente de los Estados Unidos y Gran Bretaña.
Miles de toneladas de armamento entran a Ucrania a través de Polonia para ser llevadas a la ciudad de Leópolis, a 69 kilómetros de la frontera y donde las fuerzas militares del Kremlin han concentrado sus ataques, las batallas que se libran en ese punto son decisivas en la defensa del avance soviético.
Ucrania está a punto de recibir más de dos mil unidades del sistema portátil antitanque FGM-148 Javelin, que se coloca sobre el hombro y dispara misiles con detectores de calor que persiguen objetivos a una distancia de hasta cuatro kilómetros.
Esta arma desechable una vez usada, ha causado pánico entre el ejército ruso y es responsable de la destrucción de más de 335 tanques, mil 105 unidades blindadas rusas y 123 sistemas de artillería.
Según los expertos, la férrea resistencia ucraniana obligó a modificar los planes de invasión de Vladimir Putin al grado de que Moscú ha tenido que rebajar por el momento sus objetivos militares.
El hecho de que el Ministerio de Defensa haya dado por concluida la primera fase de la invasión a Ucrania, es interpretado por los países occidentales como un primer fracaso en la aventura bélica rusa.
Enrarece aún más el clima hostil en el centro de Europa las acusaciones del presidente de Estados Unidos Joe Biden en contra de Putin, al que llamó “un carnicero que no puede permanecer en el poder”.
Otra declaración que atiza la ya de por sí caliente situación es la realizada por el Papa Francisco, quien hizo un llamado a que se detenga la masacre que los rusos están llevando a cabo en Ucrania.
Todas las señales apuntan hacia el alargamiento del conflicto, el recrudecimiento de las hostilidades, el aumento de la crisis de más de tres millones y medio de refugiados y el incremento en el número de muertes de civiles que hasta el momento la ONU estima en mil cien y 1,800 heridos, entre ellos, muchos niños.
Por desgracia, el aislamiento cada vez mayor de Rusia del concierto internacional podría obligarlo a tomar la decisión que nadie quisiera ni pensar: iniciar la Tercer Guerra Mundial.
