Con 223 votos en contra, el dictamen de reformas a la ley eléctrica enviado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue desechado al no alcanzar la votación requerida para aprobarse; en el Congreso hubo 498 diputados presentes, se requería el voto de al menos 332 legisladores, sin embargo, obtuvieron 275 votos a favor de Morena, PT y PVEM. Les faltaron 57 votos que no lograron conseguir.
Como era de esperarse, el Presidente López Obrador actuando nuevamente de manera visceral, desde su púlpito mañanero, acusó y calificó de “traidores a la patria” a los diputados de oposición que desecharon su proyecto eléctrico y ordenó, de manera velada a sus huestes, no darles descanso, perseguirlos y exhibirlos en todo el país por haber votado contra su voluntad.
Como la horda morenista actúa ciegamente en cumplimiento al mandamiento de su elegido, de inmediato comenzaron las amenazas contra los opositores, acción común de un régimen totalitario, que no permite discrepar de las determinaciones del gobierno.
Los morenistas adjudican la debacle al dirigente nacional Mario Delgado, quien está más preocupado por obtener la nominación presidencial en el 2024, que por meter en orden a las diferentes tribus que cada día se conforman hacia el interior del partido político.
El mismo Mario Delgado, quien se exhibió acarreando votantes durante la consulta ciudadana de revocación de mandato, para justificarse, anunció que realizarán una campaña nacional informativa con los rostros y nombres de los diputados que votaron en contra de la reforma eléctrica.
Nada más ruin y mezquino que esa sucia advertencia, en primera porque pone en riesgo, la integridad de los legisladores opositores al régimen y en segunda porque vulnera los principios democráticos del país, comportándose como la Santa Inquisición.
Por lo que hace a la histórica sesión, cabe señalar que se exhibió el pobre nivel parlamentario del país, donde abundaron las descalificaciones, las burlas, los insultos, las amenazas y hasta las mentadas de madre….cual mercado.
Pero los morenistas no pudieron esconder su origen antidemocrático y dictatorial, efectuaron acarreos a las puertas del Congreso, quisieron hacer madruguete, buscaron presionar a los legisladores desde todas partes, redes sociales, medios de comunicación o en cualquier foro para descalificarlos y llamarlos corruptos.
Pero están muy lejos de poner el ejemplo, y como muestra un botón de las prioridades de los legisladores de Morena. El diputado de la 4T, Marco Antonio Flores Sánchez, cantante de la Banda Jerez, no asistió a la votación de la reforma eléctrica, por ofrecer un concierto en Estados Unidos, aunque solicitó licencia con anticipación y el suplente tomo su lugar, demuestra que el bienestar de los mexicanos está detrás de los propios.
Esta chulada de legislador de Morena, se ha visto envuelto en críticas por sus declaraciones en contra las mujeres. Pues ayer decidió cambiar los reflectores de San Lázaro, por los de un auditorio más grande en Forth Worth, Texas, donde además cobra en dólares.
Quien sabe qué derrota le haya dolido más al presidente Andrés Manuel López Obrador, la de la consulta de revocación de mandato o el rechazo a su reforma eléctrica, durísimos golpes a su administración a mediados del sexenio y que prende los focos rojos a los ideólogos de la 4T con miras a la elección presidencial del 2024.
Lo que sí es seguro es que lejos de ser una Semana Santa para el presidente, fue más bien una santa semana.