Cuando estamos a un paso de terminar con la pandemia del Covid-19 y las restricciones sanitarias comienzan a relajarse en diversos lugares, una nueva alerta sanitaria comienza a recorrer el mundo, se trata de una epidemia inexplicable de hepatitis aguda infantil. Suman ya más de 200 casos en más de 12 países.
Los casos de esta rara enfermedad de origen desconocido, surgida en Reino Unido, está siendo investigada y monitoreada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades y aunque hay investigaciones en marcha en todos los países que han confirmado infecciones, no pueden definir aún su origen o causa.
Lo desconcertante resulta que no hay conexión entre casos y no hay vínculos con viajes, según publica el organismo para infecciones de la Unión Europea. La mayoría de los enfermos se encuentran en el Reino Unido, donde más de un centenar de niños están infectados.
También hay casos reportados en Estados Unidos, España e Israel, donde se han reportado una muerte y cerca de una veintena de trasplantes de hígado; las pesquisas realizadas apuntan a un “vínculo” con una infección causada por un adenovirus, se han excluido hepatitis viral de los tipos A, B, C, D y E.
Lo extraño es que la enfermedad aparece en niños previamente sanos y en algunos casos han provocado fallas hepáticas grave que han requerido un trasplante.
La Organización Mundial de la Salud había mostrado hace tres días su inquietud por el hecho de que un adenovirus, normalmente asociado a dolencias respiratorias leves, pueda estar causando inflamaciones hepáticas agudas.
Por ello, las organizaciones mundiales de salud, emitirán en los próximos días un nuevo análisis sobre la enfermedad realizado en colaboración con las autoridades sanitarias de los respectivos países.
El síntoma más común son dolores abdominales, diarrea o vómitos y se ha reportado en pequeños desde un mes a 16 años de edad; 17 enfermos han tenido que recibir trasplante de hígado .
Aunque no hay estudios concluyentes, en algunos de los niños afectados se han encontrado rastros de coronavirus, lo cual hace suponer que pudiera existir una relación entre ambas enfermedades.
Aún desconocemos cuantas secuelas más nos dejará la actual pandemia ni tampoco cuantos peligros más acechan nuestra salud, por lo que no hay que bajar la guardia en estos precisos momentos podría resultar contraproducente.
