QUIEN NO PUEDA, QUE RENUNCIE
Lo ocurrido éste fin de semana en Morelia ejemplifica una vez más el fracaso de las estrategias de seguridad implementadas por los gobiernos federal, estatal y municipal para combatir la delincuencia y la violencia que se vive en todo Michoacán.
La quema de tres bares en la zona de Altozano, en Morelia, evidencia que la extorsión y el cobro de piso, siguen siendo los delitos más recurrentes en la capital y en muchas otras ciudades del estado, pese a que lo nieguen las autoridades y hasta tengan el descaro de afirmar que esos delitos van a la baja.
Desde hace unos meses, se habían denunciado en las redes sociales extorsiones a diversos giros comerciales por parte de un grupo criminal que opera en la capital, y que finalmente quemó tres bares y dejó sin sustento a más de 400 familias michoacanas.
Nuevamente, ante una crisis de seguridad, el actuar de los cuerpos federales fue desastroso, inoperante, tardío, como también lo fue en Uruapan, Buena Vista, Aquila, en Zamora, donde también se registraron actos violentos.
Ante los acontecimientos, la delegación de la CANIRAC en Michoacán, dio a conocer que existen amenazas contra al menos otros dos negocios, extorsiones que no son denunciadas por temor a represalias por parte de los antisociales.
Claro ejemplo de lo anterior, es que los dueños de los tres bares destruidos el fin de semana, hasta el momento no han interpuesto una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado.
También la Asociación de Industriales de Michoacán, lamentó los ataques registrados la madrugada del pasado sábado, y en un pronunciamiento señaló que “estos actos vulneran la seguridad y el estado de derecho, infringen el orden público y manchan la imagen de nuestro estado al inhibir las decisiones de inversión de cualquier actividad económica.” En el comunicado precisaron que “cómo sector y sobre todo cómo ciudadanos michoacanos exigimos paz y tranquilidad”.
Y ese clamor se hizo más que evidente el fin de semana en las redes sociales que registraron la zozobra, indignación y el hartazgo de la ciudadanía que exige a las autoridades que cambien su estrategia; no hay trabajo de inteligencia y no hay coordinación entre los cuerpos de seguridad, más pareciera que están compitiendo contra la policía municipal que, por cierto, tampoco sirve para mucho.
Otra muestra de la violencia cotidiana que existente en la entidad es la quema del mercado municipal de Uruapan, incidente adjudicado también a los grupos criminales que operan y mandan allá.
Con tristeza vemos que conforme avanza el año, cada semana es más violenta, cada semana hay más muertos y más incidentes delictivos que demuestran que el discurso gubernamental es pura demagogia.
La realidad es que no hay golpes contundentes contra las organizaciones criminales, siguen las extorsiones, el cobro de piso, no hay detenidos por corrupción, no hay acciones permanentes para reestablecer la libre circulación por las carreteras estatales, no hay coordinación con las instancias federales y municipales, lo que hay es pleito entre ellas por tintes políticos.
Ya basta de tanta impunidad, de simulaciones, de no darle importancia a las cosas que verdaderamente lo requieren, basta que los funcionarios se echen la bolita entre ellos.
Al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla debería preocuparle y ocuparle la violencia e inseguridad que están viviendo los michoacanos, porque el fin de semana cientos, miles de usuarios manifestaron a través de las redes sociales su preocupación y hartazgo por la violencia en que vivimos, le reclamaron su incompetencia y le exigieron que haga algo para contenerla. YA BASTA repitieron una y mil veces.
Ramírez Bedolla aún está en tiempo de dar un golpe de timón en materia de seguridad; de no hacerlo le será imposible recuperar la credibilidad y confianza ciudadana y lo más importante, ya no podrá recuperar la gobernabilidad y el Estado de Derecho en la entidad.
Y nos unimos al clamor social de ya basta, y les pedimos a los servidores públicos encargados de combatir la delincuencia que al menos haya honestidad para quién no pueda con el paquete, mejor que renuncien.
