Los videos que circulan desde ayer en redes sociales donde civiles aparentemente armados persiguen a un convoy militar adscrito al 65 Batallón en Nueva Italia, y que literalmente tras ser “correteados”, son expulsan de la población, demuestra la gravedad de la situación que se vive en Michoacán en materia de inseguridad.
Estos eventos reflejan claramente el fracaso de la estrategia de seguridad implementado por el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla y evidencia la ingobernabilidad en que se encuentran diversas zonas del estado que son controladas por los grupos del crimen organizado.
Aunque no hay posición oficial sobre este indignante y bochornoso suceso, suponemos que los efectivos militares emprendieron la retirada para evitar que la situación se agravara.
Y queremos pensarlo así, porque no podemos imaginar que en Michoacán también se aplique la estéril política de los abrazos y no balazos, y que esa sea parte de la estrategia del gobernador Ramírez Bedolla para reducir la violencia y la inseguridad en la entidad.
Resulta ominoso pensar que exista una orden de no enfrentar a los grupos criminales, contrario a lo que la sociedad exige, además, pone en serio riesgo la integridad física de los uniformados que no pueden repeler una agresión.
Tras el rotundo fracaso de la estrategia de seguridad en el estado, el discurso oficial, poco claro, no da certeza a los michoacanos de que el combate a grupos criminales vaya en serio.
La posición al respecto, es poco clara; el pasado día 9 de mayo al encabezar el Pase de Revista de la Policía Michoacán, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla manifestó que “en el estado se busca dejar atrás las guerras estériles contra quienes generan violencia y por el contrario enfocarse en las necesidades sociales”.
Añadió que su gobierno “está enfocado en atender las causas sociales que generan violencia como la marginación y la pobreza por lo que no se irá una guerra innecesaria contra quienes generan violencia”.
Un día después el Ejecutivo estatal rectificó, ayer a través de un boletín de prensa, según sus declaraciones, asegura que “en su administración no habrá tolerancia a la impunidad y se perseguirá a todos los grupos criminales con estrategias coordinadas con la federación y municipios, para atacar las causas que originan la inseguridad y violencia”.
El comunicado indica que el Gobierno de Michoacán no será omiso a la inseguridad que se vive en algunas partes de la entidad donde ya existe presencia de la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional y de las corporaciones encargadas de mantener la tranquilidad…”
Lo delicado del tema obliga a tener una política y una definición muy clara de cuál será la estrategia para enfrentar a los grupos de la delincuencia.
Llegó el momento de definiciones para el gobierno bedollista, es momento de saber cómo va a enfrentar la inseguridad y la violencia que, día con día sigue enlutando cientos de hogares en toda la geografía michoacana.
Tampoco creemos que su Nueva Guardia Estatal, una calca de la Guardia Nacional, será la panacea para resolver los problemas de asesinatos dolosos que se presentan a diario en Michoacán.
Además su implementación es poco clara así como sus atribuciones, de cualquier forma de nada servirá si la orden del Comandante Supremo es que a la delincuencia la combatan con abrazos.
Si esa es la consigna. ! sálvese el que pueda ¡