Quien piense que la visita de Embajador de Estados Unidos, Kent Salazar a Uruapan-una de las ciudades más violentas del Mundo-es para conocer los protocolos de seguridad en los envíos de aguacate hacia su país, es muy inocente.
La visita del embajador obedeció a motivos mucho más delicados que conocer el proceso de producción y empaque del Aguacate o de cómo hacer Guacamole, vino a certificar el estado en que se encuentra la Perla de Cupatitzio.
Los motivos los conoce de sobra el propio Departamento de Estado de la Unión Americana, pero tenían que confirmarlo. Los grupos del narcotráfico se han apoderado de la ciudad y diversos puntos del municipio, donde dirimen sus diferencias a balazos a cualquier hora y en cualquier lugar.
Uruapan, con 73 homicidios por cada 100 mil habitantes, se encuentra envuelta en una ola de violencia incontrolable, lo que le podría costar dejar de ser próximamente, el principal proveedor del fruto hacia Estados Unidos, si no hay mejoras la seguridad de la región.
El propio embajador, advirtió que Michoacán debe trabajar más en seguridad para que su país levante la alerta a sus ciudadanos para visitar la entidad.
Mientras eso no suceda, dijo, su gobierno no puede recomendar a los turistas norteamericanos a que visiten Michoacán, lo que impide que se conozca su riqueza turística y cultural.
Habrá que recordar que los embajadores de Estados Unidos en todo el mundo, informan permanentemente a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de asuntos que pueden convertirse en un peligro para su seguridad nacional.
No hay duda, que el gobierno del presidente Joe Biden, se preocupa por el avance de los grupos de narcotraficantes en México quienes día a día se apoderan de comunidades, pueblos y hasta ciudades para utilizarlos como centros de operación.
Como ejemplo tenemos a Zamora, Jerez en Zacatecas, Ciudad Obregón, Celaya, Tijuana y desde luego Uruapan, zonas que se han convertido en campos de batalla y cuya población vive en la zozobra y en muchos casos han tenido que abandonarlas dejando atrás sus propiedades y pertenencias.
Ni la militarización del país ha reducido los índices de violencia que vivimos además no existe la voluntad de la actual administración de aplicar la Ley y preservar el Estado de Derecho que es obligación del Estado mexicano.
Mientras que persista la simulación, la impunidad y la política de abrazos, difícilmente se resolverá el problema de la violencia en Michoacán y en México.