Sin empacho alguno y a nivel nacional, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que su gobierno cuida y protege a los miembros de los grupos criminales que operan en Michoacán y seguramente en todo el país, al revelar durante su mañanera que “también cuidamos a integrantes de Bandas, son seres humanos” dijo el mandatario nacional.
Defendió su postura de trato hacia el crimen organizado, porque se está aplicando “una política distinta” señaló, cuestión que nos queda muy clara después de ver una y otra vez los videos de lo acontecido en Nueva Italia.
Lo que pasó, es nada más y nada menos que un claro ejemplo de la aplicación de la política de los “abrazos y no balazos” que López Obrador promueve. Qué pensarán los familiares de las miles de víctimas que han perdido a sus seres queridos en hechos de violencia, crímenes que han quedado en total impunidad.
Por lo pronto y después de lo sucedido, el gobierno de Michoacán vuelve a ser epicentro de críticas pues los acontecimientos de Nueva Italia revelan ingobernabilidad y ausencia total de una política efectiva contra los grupos antisociales.
Hace unas semanas el gobierno estatal celebraba que las fuerzas federales, la SEDENA y la Guardia Nacional habían recuperado Tierra Caliente, zona controlada desde hace años por los cárteles de la droga.
Lo sucedido ayer demuestra que en muchas ocasiones las células delictivas utilizan a la población para evitar que las corporaciones de seguridad descubran centros de producción de metanfetaminas.
Fuentes castrenses aseguran que fue el Cartel Jalisco Nueva Generación quien bloqueo y azuzó a los civiles para expulsar a los elementos del Ejército ayer en Nueva Italia.
Ante la pasividad gubernamental y las expresiones de condena y preocupación de diversos representantes de la sociedad, el Secretario de Gobierno Carlos Torres Piña tuvo que justificar lo sucedido, con una historia que ni el creyó.
Hoy que se conoce la verdad, es momento de aceptar que la política del Presidente se aplica al pie de la letra en Michoacán y que a los delincuentes en la entidad, no se les tocará ni con el pétalo de una rosa.
Cruda realidad que en México se proteja a los integrantes de bandas que extorsionan, matan jovencitas, secuestran y privan de la vida a quien estorbe; que bueno que el presidente se sinceró de una vez por todas y reconoció la complicidad.
Insistimos, que pensarán las miles de familias que han perdido a sus hijas, hijos, padres, madres, esposas, esposos, víctimas de la violencia y saber que sus verdugos no tendrán castigo.
También habrá que ver la posición que adopte el gobierno de Estados Unidos y la comunidad internacional, al enterarse de que en México, el presidente en lugar de combatirlos, como en todo el mundo sucede, aquí en México cuida a los delincuentes.
Señor Presidente, y a los ciudadanos ¿quién nos cuida?