Ya se han cumplido 31 años de la muerte artera de quien fuera candidato a la presidencia de la república por el Partido Revolucionario Institucional el pasado 23 de marzo, Luis Donaldo Colosio Murrieta, un aniversario de aquella tragedia perpetrada en Lomas Taurinas, Tijuana,
Indagatorias confusas desde un principio, la desconfianza afloró en amplios sectores de la opinión pública porque no se daba crédito tras arrebatar la vida del candidato en un periodo nebuloso, políticamente hablando, en nuestro país que iniciara el año 1994 con una insurrección del EZLN en Chiapas de manera paralela a la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
1994 fue un año sangriento marcado por la incertidumbre, fue de comicios en los que finalmente obtendría la presidencia Ernesto Zedillo Ponce de León, quien previamente fue el coordinador de campaña del malogrado Colosio Murrieta.
Desde el día del crimen se deslizaron múltiples hipótesis, que si fue una acción concertada y posteriormente se habló de un asesino solitario, al final se construyó una posverdad.
31 años después de la tragedia en Lomas Taurinas, ya transcurrieron tres décadas y no se han dejado de contar historias, se han filmado películas al respecto, y no se ha concluido el debate alrededor de qué o quiénes estarían detrás del asesinato o si realmente fue un asesino solitario que continúa privado de su libertad, esta última es la verdad legal.
Colosio Murrieta fue candidato a la presidencia, también fue senador, diputado federal, secretario de estado y conocía las entrañas de su partido al que encabezó en los inicios de la gestión de Carlos Salinas de Gortari.
En 1994 la violencia arrancó a dentelladas la certidumbre desde el primer minuto de aquel año con la irrupción en el escenario público del EZLN, fue acribillado Luis Donaldo Colosio, también sería asesinado, meses después, José Francisco Ruiz Massieu, las tragedias alimentaban una narrativa pintada de rojo, nadie sospechaba antes la magnitud de los hechos que llegarían.
Luis Donaldo Colosio pronunció un recordado mensaje político el 6 de marzo de 1994 en la explanada del PRI en el marco de su aniversario, algunos interpretaron dicha intervención como la ruptura con Carlos Salinas de Gortari, fue un texto emotivo, literario y con referencias evangélicas que apuntaban a Martin Luther King y el memorable discurso yo tengo un sueño.
Han transcurrido 31 años de la tragedia en Lomas Taurinas que se ubica en la fronteriza ciudad de Tijuana, las percepciones son diversas, decir que pudo ser un gran presidente es una especulación porque no llegó a dicho sitial, la desconfianza en la clase política antes y ahora es manifiesta por ello se debate con relación a las conclusiones legales. Pueda ser que se haya dicho la verdad pero no se creyó por múltiples motivos, fue mayor la desconfianza.
Alguien dijo que en 1994 los demonios se soltaron ante la violencia desmedida que pareció gangrenar el cuerpo social de México. Luis Donaldo Colosio Murrieta se asocia a la tragedia, al intento y promesa de los cambios democráticos que en aquel entonces fueron abruptamente cancelados. En la memoria histórica se aloja el hecho descrito, es parte de nuestra historia que no tiene un espacio para el olvido.