La alternancia va como se ha confirmado con los resultados electorales en los estados de Hidalgo y Coahuila en los que el Partido Revolucionario Institucional ganó contundentemente, lo cual es una señal que no deja de ser sintomática. Morena, el actual partido en el gobierno federal y favorito para los comicios del próximo año se llevó un revés en las urnas, las cifras son claras y ello debe llevarles a replantear proyectos porque aún no ha elegido a su dirigencia nacional, al menos no hasta el 19 de octubre una vez concluido la jornada electoral dominical.
El PRI ha sido derrotado en otros ejercicios, en el año 2000 fue destronado luego de más de siete décadas ininterrumpidas en la cúpula del gobierno federal, desde Plutarco Elías Calles como su fundador y hasta el sexenio de Ernesto Zedillo, ello sin considerar el regreso a Los Pinos a través de Enrique Peña Nieto.
Francisco Labastida Ochoa pasó a la historia al ser el primer candidato a la presidencia derrotado, en aquel proceso del año 2000 que significó la alternancia fue Vicente Fox el que obtuvo el triunfo tras una campaña mediática eficaz. El guanajuatense ganó, no sabemos hasta qué punto también lo hizo el Partido Acción Nacional que repetiría en unos comicios polémicos a través de Felipe Calderón contra Andrés Manuel López Obrador.
En el 2006 el PRI volvería a ser derrotado, esa vez con Roberto Madrazo Pintado como su abanderado, esa ocasión la derrota fue aplastante y muchos comentócratas pronosticaban el funeral del tricolor. Volvió con Peña Nieto en el 2012 con el saldo que ya todos conocemos, en medio de los escándalos por presuntos actos de corrupción.
El efecto López Obrador en el 2018 sería contundente a favor de Morena, más de treinta millones de votos rubricaron la legitimidad del tabasqueño, de nueva cuenta el PRI sería derrotado escandalosamente. Muchos candidatos de Morena saldrían airosos en la contienda de aquel año no por sus propios méritos o diseño de campaña, no, fue por el plus del actual presidente.
Ahora, en Hidalgo y Coahuila el PRI vuelve a ganar en los feudos locales, en todo caso no sólo Morena ha sido derrotado como el partido en el poder federal sino que Acción Nacional se desdibujó, ha resultado obvio que no tiene una dirigencia sólida, Marko Cortés no se ha destacado como operador eficaz en las filas panistas.
El próximo año se disputarán gubernaturas y otros cargos federales y locales, sería arriesgado emitir un pronóstico, aunque en algunas plazas la elección parece será cerrada, Morena apostará a su principal activo que es Andrés Manuel López Obrador, para ese momento seguro ya tendrá una dirigencia formal que evite más fisuras y desprendimientos para perfilar una institucionalidad que aún hoy día no se distingue con claridad.
Porfirio Muñoz Ledo ha señalado que la jornada electoral en Coahuila e Hidalgo es un serio revés para el partido en el gobierno federal, es momento para la causa morenista de la autocrítica, organización y alejarse de la soberbia. La alternancia se ha confirmado. Mario Delgado, próximo dirigente nacional tras la encuesta que organizó el INE, tendrá que abordar la asignatura pendiente de la cohesión e institucionalidad.