En los últimos meses se han registrado crecientes casos de linchamientos, algunos han llegado a concluir en hechos fatales, ilegales y rematados por la impunidad, ello significa el desprecio al estado de derecho y un componente más para fortalecer la impunidad que erosiona al tejido social.
Recién en Puebla se linchó y asesinó a un joven profesionista quien era ajeno a la imputación que le hicieron algunos pobladores en dicha entidad, tal conducta parece acentuar un estado primitivo, ausente de inteligencia para culminar en la barbarie.
Es evidente que persiste la desconfianza en las instituciones públicas de procuración de justicia por diversas causas entendibles, aunque ello no significa que cada quien pueda apelar e invocar su propio modelo de justicia retributiva o aplicar un tipo de ley del Talión porque si esto así fuese se empoderaría el salvajismo con todo lo que esto representa.
El estado es una invención humana porque no se puede vivir sin leyes ni ordenamientos jurídicos, esto lo abordaron los teóricos del contractualismo como Thomas Hobbes (El Leviatán) que plantean la renuncia de algunos derechos para que sean tutelados por la estructura estatal, de lo contrario se viviría en el denominado estado de naturaleza cuyo elemento distintivo sería el caos. El politólogo inglés recordó aquella sentencia latina homo homini lupus. El hombre es el lobo del hombre. Nuestra actualidad retrata que en amplias regiones del país la justicia está ausente ante la violencia, grupos de autodefensas y también la presencia de cárteles.
La violencia está desbocada en nuestro país, así lo indican en este 2022 el índice alto de homicidios dolosos, también lo exhibe la violencia contra los cuerpos de seguridad de los gobiernos, se entiende que el estado detenta el monopolio de la violencia legítima aunque la realidad nos hace ver que este punto es una utopía.
En muchos casos, la clase política parece no vivir en la realidad porque no se da cuenta de la gravedad en materia de seguridad que posterga la pacificación del país, la frivolidad en muchos de esos representantes es cotidiana, sus prioridades parecen ser otras y no lo que realmente es importante. Algunos mandatarios mandan a sus gobernados a que se persignen y hagan oración al salir de sus domicilios para evitar ser víctimas de la delincuencia, a tal grado llega su desparpajo e inutilidad en el cargo.
Es obvia la pesadumbre en amplios sectores de la población, porque de nueva cuenta regresó la extorsión en diversos puntos del país, el crimen organizado es el poder fáctico más destructor y la capacidad de respuesta gubernamental no ha sido suficiente.
Faltan muchos pasos para resolver el problema de la seguridad en nuestro país y poder contar con un auténtico estado de derecho, no es tarea sencilla pero lo primero por manifestarse debe ser la voluntad a favor del cambio, la aplicación de la norma se realmente se aspira a vivir en justicia.
En otra razón de ideas, hace unos días fue cumpleaños del famoso ex beatle Paul McCartney, sus aportaciones fueron clave estas aún se pueden disfrutar al escuchar los acordes y las letras del genial cuarteto de Liverpool que son considerados como los clásicos del siglo XX, son vigentes, no cabe duda.