Cada año inicia desde hace no se cuánto tiempo con la famosa cuesta de enero, el incremento de costos en productos diversos de consumo y constituye una especie de resaca tras los gastos de fin de año para iniciar el nuevo con afectaciones en la economía doméstica, la inflación y todo lo que se produce como resultado de dicha cuestión.
Los incrementos en productos diversos son previsibles, aunque ello no anula las expectativas por vivir un año mejor y plantear metas, mejoras y realizaciones. En el caso de nuestro país seguro un deseo compartido es que la violencia disminuya, también la impunidad que están hermanadas para dejar un ambiente sumamente sombrío que tanto daño ha provocado porque los registros de los últimos tiempos revelan matanzas, masacres despiadadas que abaten la tranquilidad.
El 2023 ha llegado y aunque se arrastran lastres del pasado reciente no por ello se habrán de congelar los mejores deseos, ya referimos los problemas de inseguridad que afectan la gobernabilidad, la convivencia social y también la economía porque la extorsión se ha disparado.
Esperamos que este año no tengamos más violencia contra periodistas, el 2022 fue lamentable en este rubro, una democracia robusta no se puede concebir sin un periodismo crítico, la diversidad de voces y opiniones es necesaria para facilitar el debate de las ideas, discrepar es un imperativo en los regímenes no autoritarios.
Los partidos políticos constituyen el medio legal y pacifico para llegar al poder, es la causa última de dichas organizaciones aunque ideológicamente no se distinguen con claridad porque los afanes son pragmáticos, a corto plazo y los discursos son parecidos en un México plagado por la rijosidad en donde la mediocridad se ha empoderado con las figuras repetitivas desde hace décadas.
La carrera por la sucesión presidencial continúa, las formas han mutado si hacemos la comparación con la etapa del Partido Revolucionario Institucional, en aquellos años de la presidencia imperial se hablaba de los tapados, de la caballada, ahora se menciona a las corcholatas como les llama el presidente Andrés Manuel López Obrador. Las y los aspirantes aprovechan cualquier espacio para hacer su trabajo de cara al 2024. En política la forma es fondo postuló en alguna ocasión el destacado ideólogo Jesús Reyes Heroles.
Seguramente mucha gente desea que este año que recién inició tengamos otro nivel de debate, en el que destaquen propuestas, visiones claras de país y que brille lo que realmente tenga luz propia.
En los últimos años hemos observado el encono que parece interminable entre el presidente López Obrador y la oposición, las confrontaciones ya se han vuelto predecibles y cansinas.
También en este 2023 esperamos que las condiciones económicas sean otras, la recuperación ha sido lenta en este rubro tras los estragos que causó la pandemia por Covid-19, la cual ha dejado marcas imborrables, las pequeñas empresas lo resintieron porque muchas quebraron ante un panorama tan complicado como atípico.
En general esperamos que el nuevo año tenga otros registros, una realidad diferente en donde la gobernabilidad, la seguridad y el crecimiento no sean solo deseos sino realidad.