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sábado, abril 19, 2025

PANDEMIAS

teodorobarajas

Respecto a la pandemia no hay tregua, los números que arroja continúan a la alza con todos los estragos habidos y por haber ante esta situación de agravada crisis sanitaria que afecta todo a su paso: arrebata vidas, provoca dramas, impacta a la economía, la salud mental y emocional; pareciera una estampa apocalíptica con todo y el avance en materia de vacunación.

La pandemia es un asunto global desde su origen porque se expandió en poco tiempo para provocar la emergencia de la mano de una incertidumbre con la sombra del pánico al documentarse los saldos que empezaba a cobrar por doquier. En nuestro país el paso del coronavirus ha sido la constante, a ello se agrega la narrativa de la inseguridad por los cuatro costados.

La inseguridad es creciente en múltiples territorios del país, Michoacán, Sonora, Tamaulipas, Chiapas, Guerrero, por citar algunos, urge una política bien definida para atacar los frentes que propone la delincuencia organizada antes de que avance este pavoroso mal que se ha empoderado y muestra una descarnada impunidad.

El binomio que se arrastra como el gran lastre es el que representan la corrupción e impunidad, en la narrativa actual brillan como dos problemas estructurales, han sido escleróticos y su consistencia ha impedido la transformación social, permanecen inamovibles e irresolubles.

La realidad sin maquillaje refleja los rostros duros de las tragedias crecientes, por una parte la crisis sanitaria que arrecia y hace cambiar la semaforización en las entidades federativas de México para producir más perjuicios en diferentes rubros, al parecer se han relajado las precauciones, mucha gente ya vacunada desdeña el uso del cubrebocas y los cuidados prescritos por las autoridades del sector salud.

Las estampas que revelan la negligencia se multiplican a diario, reuniones masivas, espectáculos, fiestas y vacaciones que al final cobran contagios que, en muchos casos, significan muerte. La necedad en muchas personas es evidente, no deja de asombrar dicho desafío al exponer la salud de una manera temeraria, por llamarle de alguna manera.

En Japón se efectúan los Juegos Olímpicos, una justa ecuménica que demuestra los valores del deporte, el cuadro es sintomático al observar las tribunas vacías, lucen desoladas porque la pandemia arrebató las manifestaciones tradicionales, así que dicha competición es sintomática de acuerdo a lo que propone la realidad que también es inusual.

Se pensaba que se superaría en el corto plazo el tema de la Covid-19, los pronósticos no se cumplieron, al contrario, se elevaron las estadísticas y con ellas el drama, la angustia con la zozobra que se han convertido en los elementos omnipresentes a escala mundial. La pandemia es ya una marca sombría en el aún joven siglo XXI.

En cuanto a la inseguridad que se vive en muchos territorios del país, urge una respuesta convincente del estado mexicano porque el tejido social está averiado, el sosiego desapareció para dar paso a la incertidumbre, es conveniente una adecuada coordinación entre los niveles de gobierno porque hacer el esfuerzo de manera aislada parece no tendría alcances mayores.

Son tiempos de inclusión, optar por el bien común y no por la pirotecnia de la confrontación que no beneficia a la sociedad.

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