Algunos países europeos lucen desolados ante el avance y estragos del Covid-19, Italia y España tienen registros de mortandad sin precedentes en la época moderna, la expansión del mal ha sido exponencial y los daños aún no dejan de contabilizarse.
El fantasma del Covid-19 no deja de recorrer el mundo, los escenarios no excluyen la alarma porque los daños en la salud, economía y de todos los ámbitos productivos son una realidad. Un gigantesco imponderable modificó la vida cotidiana y el impacto continúa.
México afronta los daños y revitaliza las alertas del sector salud para evitar la multiplicación de casos de contagio, las personas de la tercera edad, personas con obesidad, diabéticos e hipertensos son grupos vulnerables.
No falta quien recuerde los planteamientos de Malthus o cite el último libro del Nuevo Testamento que redactó San Juan en la ínsula de Patmos, el Apocalipsis y los cuatro jinetes devastadores.
El asunto continúa con las alarmas encendidas, Italia registra altos números derivados de la pandemia, naciones desoladas, muerte y pérdidas que se prolongan.
En nuestro país se han diseñado políticas tendientes a la contención de la pandemia, la Secretaría de Salud desplegó información para mantener una sana distancia, aislamiento social y todas las precauciones aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador es el primero en no acatar las instrucciones porque hasta esta semana ha realizado actos masivos y ha saludado de beso y apretón de manos. Las imágenes son elocuentes.
Las pérdidas en los sectores productivos se calculan millonarias, el presidente López Obrador ha expresado que no se apoyará a grandes empresas, como en la etapa neoliberal dijo, reiteró que se habrá de favorecer a los grupos vulnerables como los adultos mayores y diabéticos; pequeños comerciantes.
La Organización Internacional del Trabajo ha señalado que en nuestro país el desempleo puede registrar un crecimiento insospechado y no se cuenta con seguros contra ello.
En el sector turismo las pérdidas han sido cuantiosas y no dejan de contabilizarse, estamos en una emergencia, no se trata de ser optimista o pesimista es una cuestión de la realidad que tiene números no alentadores.
En la Ciudad de México la jefa de Gobierno ha dicho que a partir del 23 de marzo se cerrarán cines, teatros y se suspenden las ceremonias religiosas para evitar focos potenciales de contagio del Covid-19. En Michoacán el gobernador Silvano Aureoles Conejo también ha dispuesto diversas medidas para evitar el avance del flagelo que no cesa de recorrer el mundo.
La Organización Mundial de la Salud indica que la pandemia se acelera. No obstante, en México los pleitos políticos no disminuyen, se entiende que los disensos en un sistema democrático son naturales, sólo que en tiempos como los actuales la mezquindad sale sobrando.
Vivimos un grave problema de salud, lo padecemos y la conciencia, la sensatez y la prevención no deben estar ausente de nuestra cotidianidad. A las dificultades que se viven habría que agregar las amenazas de saqueos y la dificultad puede escalar, no es lo deseable pero existe el riesgo como también la pandamia.