Inició un nuevo ciclo escolar en nuestro país en materia de educación básica, los números indican que para este año lectivo la matrícula de los tres niveles asciende a 34 millones 809 mil 298 alumnas y alumnos. Se trata de un rubro imprescindible si se apuesta al desarrollo, porque la educación es una palanca del progreso, debe ser prioridad indiscutible en la construcción de ciudadanía.
Muchos recordamos nuestro pasado en las aulas y los primeros descubrimientos que nos marcarían para siempre entre letras, números y adquirir una nueva conciencia que nos facilitaría a través del conocimiento el despertar autentico para visualizar la vida desde diversas perspectivas.
Todo cambia, la dialéctica traza una ruta para que nada permanezca estático. En la actualidad el renglón educativo refleja otros retos que en el papel se perciben y leen sumamente complejos.
Los cambios verdaderos se diseñan y apuran desde las aulas, ahí radica la sustancia de las transformaciones, donde las ciencias aplicadas calan y el humanismo se despliega a través de la pedagogía y la didáctica. Se trata de establecer un auténtico pensamiento crítico.
Hoy más que nunca cobra un gran sentido la educación en todos los niveles ante la oleada violenta que se ha manifestado de forma cruenta en los últimos años, a los contenidos y diseños curriculares habría que agregar el arte y la cultura en grado superlativo, así como la parte deportiva porque no se puede apostar únicamente a los efectivos policiales y las políticas, que por ley debe trazar el estado, contra el crimen si desde un origen no asumimos nuestra responsabilidad, es tarea de todos e impostergable.
Inician las clases y como suele suceder, aventuramos la posibilidad de que se cumplan los calendarios y que avancemos porque es el imperativo, no hay tiempo para perder. En la actualidad los problemas que azotan a México son fáciles de distinguir, en principio ubicamos la violencia, la extorsión, los homicidios dolosos y el conjunto de ilícitos que provocan incertidumbre.
Se ocupa de otras políticas públicas y que el Leviatán mexicano cumpla con la responsabilidad de garantizar una convivencia social menos cruenta, que se construyan las condiciones para avanzar y no paralizar a la sociedad por el temor, la discordia y otras manifestaciones contrarias al estado de derecho.
Ha iniciado el nuevo ciclo escolar y deseamos se cumplan los objetivos en todos los niveles, desde quienes descubrirán las primeras letras del abecedario hasta los niveles universitarios en donde con base en la política, la filosofía y el derecho se estudia e interpreta la realidad en la búsqueda invariable por encontrar el sentido de la vida.
La educación ha sido la apuesta por excelencia en los países desarrollados, por esa vía se empodera a las sociedades que se emancipan del fanatismo y esquemas totalitarios, se trata de forjar un pensamiento crítico que influya en las tomas de decisión en materia de la cosa pública para vigorizar una verdadera democracia que no sea solo sinónimo de elecciones sino de un estilo de vida que pueda transformar la realidad.
La esperanza por un exitoso ciclo escolar cabe en nuestro presente, el desarrollo, crecimiento y un enfoque auténticamente progresista va de la mano de la educación, se nutre con los valores y mejorará la convivencia social que tanto se necesita.
