Resulta preocupante, por decirlo de algún modo, el desdén por la lectura que se registra en nuestro país, las causas pueden ser múltiples, aunque es un problema añejo, ya las bibliotecas tradicionales son cada vez menos visitadas, en las aulas universitarias también se registra dicho fenómeno, ya ni qué decir de la caligrafía.
Se ocupan otros mecanismos desde las instancias gubernamentales para impulsar programas sostenidos y bien definidos en materia del fomento a la lectura, recién comenzó la administración del gobierno federal y mucho habría que aportar al respecto para tener una adecuada coordinación con los gobiernos estatales y municipales,
Ya en otros tiempos con menor infraestructura se lograron avances, por ejemplo, en la fundación de la Secretaría de Educación Pública en los lejanos años del gobierno posrevolucionario de Álvaro Obregón, el invicto general de aquellos años aciagos en donde los caminos de herradura estuvieron salpicados de sangre y pólvora.
José Vasconcelos fue el primer titular de Educación Pública, el autor de Ulises Criollo y La raza cósmica, emprendió una importante tarea en la divulgación de los clásicos, fue un promotor de la cultura y el arte a través de las conocidas misiones culturales, además de promover el muralismo con personajes como David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera.
Otro secretario de educación de gratos recuerdos lo fue el diplomático, escritor y poeta Jaime Torres Bodet con los libros de texto gratuitos. Torres Bodet fue además director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO.
Torres Bodet impulsó una campaña de alfabetización en su primera vez que despachó como secretario en el gobierno del Gral. Manuel Ávila Camacho.
En su segunda gestión al frente de la Secretaría de Educación inició el Plan de Once Años y entonces se fundaría la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito y los primeros libros se entregarían en 1960, durante el sexenio de Adolfo López Mateos.
Evidentemente, los grandes cambios no los produce la demagogia, sino que estos se gestan desde las aulas con la mayor calidad educativa, es una apuesta que terminará por dar resultados porque se incuba un pensamiento crítico, libérrimo.
El gobierno de la 4T tiene un gran reto en materia educativa, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo es académica de origen, con un paso acreditado y exitoso en materia de investigación científica, esperaríamos que haya resultados en este rubro tan importante.
Actualmente se necesita fomentar la literatura porque el caos disparado provoca estragos, entonces es preciso abrir la ventana del arte, recuperar espacios públicos y trazar los caminos para retornar a lo sensible en medio de un apocalipsis sonoro que se ha enquistado en tantas regiones de nuestro país, como sucede en Sinaloa o Chiapas.
La promoción cultural debe fortalecerse, establecer nuevas políticas públicas en la materia para apostarle a la esperanza, al sosiego y a un futuro que anime para marcar otro ritmo ya no con las balas sino con el bálsamo que aportan las letras.